Un desierto vasto.
Era como se podía describir en dónde nos situamos, kilómetros y kilómetros de pura carretera, mientras el arduo sol quemaba con toda su potencia el suelo y las rocas que estaban en este lugar.
A pesar de las condiciones antes dichas, alguien se encontraba en este sitio, un hombre joven, en sus 20 años, peinado estilo militar de color rubio, con una playera sin mangas color rojo, el corria y corria hacia delante, sin detenerse en ningun momento.
Su respiración era agitada, mientras el sudor no dudaba de presentarse en su rostro y brazos, pero él se negaba a bajar la velocidad o siquiera pensar en detenerse. Llevaba mucho tiempo corriendo como para retroceder ahora, no pararía ahora, no cuando había llegado a este punto.
Pero...
Sé acabó la carretera.
Por primera vez en mucho tiempo, se detuvo, mientras observaba el final de su camino, frente a él ya no había más camino, solo montañas de tierra y arena, donde él ya no podría correr, aun así…
Logró ver a alguien delante de él, alguien que si podía correr por ese camino lleno de piedras y altibajos, ¿en qué momento? Él nunca lo vio en el camino, ¿en qué momento lo rebasó y pudo colocarse frente a él?
Lo único que vio en aquel que lo había superado, fue su cabellera blanca brillar bajo la luz del sol...
—Maine...—
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___Dante estaba en su departamento, sentado en el sofá de este, mientras tenía una guitarra eléctrica en sus manos, tocando acordes y arpegios al azar solo para pasar el tiempo, la lluvia cayendo fuera era un buen sonido de ambiente, él no planeaba hacer mucho esa noche, solo esperar, pero, nada sale como quieres...
Sus ojos se iluminaron en amarillo al recibir una llamada, lo cual capto su atencion.
—Dorio, ¿cómo va todo?— El semblante relajado de Dante lentamente se esfumó al escuchar las palabras de la mujer, colocándose de pie abruptamente, causando que el instrumento cayera en un golpe seco al suelo. —¡¿Qué él hizo qué?!—
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Dante, David y Lucy estaban en un apartamento diferente sentados en un sofá, frente a ellos Dorio, y Maine que estaba sentado en otro lugar, mirando hacia otro lado.
—¿Cómo llegó Kiwi a una mesa de operaciones? Estaba trabajando con Tanaka, ¿qué pasó?—
—Pregúntale al pendejo que esta ahi detras.— Las palabras de Dante salieron con un filo especialmente venenoso, mientras su ceño fruncido reposaba sobre su jefe.
—Callate.—
—Maine le dio un puñetazo, perdió la calma.— David no podía creer las palabras de Dorio, Maine nunca había actuado así, ni en las peores situaciones.
—Necesita que le revisen la cabeza.— De forma obvia, Lucy no estaba nada feliz con lo sucedido con su amiga más cercana.
—¡¿Uh?!—
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A Devil in Chrome.
FanfictionNunca olvides la regla de oro, Night City siempre gana. Él pensó que había dejado su pasado atrás, no necesitaba por qué aferrarse a algo que no existe, pero estaba equivocado, ese pasado aún existe, y quiere cazarlo, entonces... ¿Aún quieres intent...