Año 2077.
Un local estaba cerrando sus puertas, su estética podría denominarse como retro, al menos para el año actual.
Mesas, barra de bebidas, alguna que otra mesa de billar por aquí y por allá.
Un bar, en pocas palabras.
El dueño del local era alguien bastante conocido, aún a pesar de haber pasado un tiempo desde su época de oro.
Usando pantalones rojos con dos cinturones negros envueltos alrededor de su muslo derecho, un cinturón negro de cuero, guantes negros y botas altas negras. El abrigo es de diseño muy básico, un color rojo con un cuello hacia arriba y mangas cortas con puños negros, aunque el abrigo carece de faldones. Debajo del abrigo, usa lo que parece ser una camisa negra de manga larga, con un chaleco rojo con cierres negros sobre ella.
Aquel hombre cerró las puertas del lugar, haciendo oficial que se acabo por hoy. Un día más, un día regular, tampoco se quejaba, era su sueño, y hey, no le iba mal.
Dante había cambiado, y tal vez eso se demostraba en su ropa, cambiando aquel estilo rebelde y demostrador, a uno más sofisticado y elegante, si, podía decirse que había dejado atrás esa etapa de joven rebelde.
Se dirige a una de las múltiples mesas de su bar, sentándose en una silla, subiendo los pies a la mesa con la misma familiaridad de siempre, cerrando sus ojos, tratando de relajarse...
Pero no pudo.
Sus ojos se abrieron, mirando al techo fijamente, aprovechando su soledad para no quedar como un rarito.
-No puedo dormir, no puedo relajarme sabiendo que estás vivo...- Se habló a sí mismo, expresando sus pensamientos más profundos a nadie, solo a él.
¿Por qué estaba con ellos? ¿Le lavaron la mente?
Una vez más trató de escapar de su pasado, pero esta vez el pasado era su propio hermano, el cual estaba vivo, malditamente vivo, y trató de matarlo.
Su mano trató de encontrar aquel lugar en el que su amuleto siempre estaba en el pasado, brindando seguridad, solo para encontrarse, que oh, por supuesto, Vergil se lo había arrebatado.
Simplemente trato de seguir adelante, no volver hacia atrás... pero simplemente no logro hacerlo.
Las ideas se arremolinaban en su mente, sin darle una imagen clara de que hacer, de cómo actuar.
Por primera vez en la vida, Dante estaba sin un rumbo fijo.
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La piel escamosa de Dante era antinatural, mientras miraba con odio a la Torre Arasaka.
Tanto dolor.
Comenzó a caminar a paso lento hacia lo que él podía llamar el encuentro final, dispuesto a usar lo que sea que le haya pasado a su cuerpo a su favor.
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A Devil in Chrome.
FanfictionNunca olvides la regla de oro, Night City siempre gana. Él pensó que había dejado su pasado atrás, no necesitaba por qué aferrarse a algo que no existe, pero estaba equivocado, ese pasado aún existe, y quiere cazarlo, entonces... ¿Aún quieres intent...