Los gemelos, conocidos por sus bromas pesadas, habían cruzado la línea esta vez, y Draco sentía que era hora de poner un alto. No podía permitir que ninguno de los suyos sufriera más a causa de las travesuras irresponsables de otros. Con furia, deci...
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Miro sus manos como si contuvieran el secreto del universo. La información había sido demasiado para él. Todavía sentado en la enfermería, Quirón miró al joven rubio, un tanto preocupado.
— Entonces - vaciló un poco — Este es un campamento para mestizos e hijos de mortales y Dioses - Quirón afirmó lo que ya había dicho — entonces yo soy un mestizo? - preguntó pasando saliva y Quirón volvió a afirmarlo. — ¿Puedo estar solo un momento? - pidió en un hilo de voz.
— Claro, Luke vendrá en un rato por ti, te mostrará el campamento y dónde te quedarás hasta que tu padre o madre olímpico te reclame - informó el mitad hombre dejando solo al joven con sus pensamientos.
Draco sintió que todo su mundo se venía abajo. Por eso su madre especificó en la carta que su padre, que Lucius, lo amaba a pesar de todo. Todo en lo que había creído era falso. Ni siquiera era un sangre pura, ¿verdad? Ni siquiera lo sabía. Si tenía sangre de un Dios, ¿seguía siendo un sangre pura?
No lo sabía y realmente no quería descubrirlo, no por ahora al menos. Tenía demasiadas cosas para pensar.
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— Y esta es la cabaña de Hermes - Luke informó y Draco miró el interior de la cabaña con una ligera mueca. Había demasiados chicos en la cabaña, algunos sentados en literas, otros en sacos de dormir; charlaban y se mantenían demasiado cerca para el gusto de Draco.
— Por definir o definitivo - alguien a quien Draco no le prestó atención preguntó.
— Por definir - aclaró Luke y de inmediato se escucharon suspiros y voces molestas. Draco se sentó ofendido ante aquello.
— Bien, puedes quedarte por allá - Draco pasó saliva cuando observó el saco de dormir en el suelo. — Lo sentimos, hay demasiados en la cabaña. Ya sabes, cabaña de Hermes, hospedamos a los viajeros.
— ¿Cuánto tiempo estaré aquí? - preguntó.
— Hasta que seas reclamado - respondió pacientemente.
— ¿Cuánto tarda?
Se escucharon varias risas que Luke sofocó rápidamente. — No lo sabemos. Pueden ser semanas, años o incluso nunca - El rubio platinado asintió todavía sintiéndose aturdido. Todo había cambiado demasiado rápido: su vida, su linaje, todo.
