•𝐅𝐮𝐜𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐀𝐥• 𝐑𝐚𝐝𝐢𝐨𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐞

Prólogo

— ¡Vox!, ¿¡Se puede saber donde coño estabas?! — Gritó Valentino, sorprendiendo a Vox, ya que no esperaba esa reacción. Igualmente, decidió ni responder.

Valentino lo mira con enfado unos segundos, y lo suelta.

— ¿No me lo vas a decir? — Dice Valentino con Desagrado.

— ¿Por que debería hacerlo? — Responde Vox de forma borde.

Valentino está sorprendido por como Vox esta.

— Mira, ya me lo dirás — Dijo Valentino, alejándose de Vox.

Al ver como Valentino se iba, Vox sonrió. Por fin podría usar su traje elegante.

El enfado de Valentino, se debía a la ausencia de Vox, quien se había ido dos semanas y no respondía a las llamadas.

Vox se dirigió a su habitación para cambiarse, pero se exaltó al oír una voz tras él.

— ¿Enserio no me lo vas a decir? ¡Una cosa es ausentarte, y otra muy diferente es no responder a las llamadas! — Valentino miraba a Vox con frustración, mientras que Vox lo miraba sin decir nada, mientras plegaba de nuevo el traje que se iba a poner.

— No importa, quizá me vuelvo a ir otros días... — Dice Vox, con indiferencia.

Valentino solo suspiró, y cerró la fuerza de Vox con enfado.

Vox comenzó a cambiarse, y al acabar, se miró en el espejo.

Salió de donde estaba, y se dirigió hacia donde había quedado con su cita.

Al llegar, encontró a Alastor.

— Oh, Vox querido, me alegro de que hayas venido. — Dice Alastor, con una sonrisa en su cara.

Vox se sonroja un poco.

— Igualmente, Jaja... Bueno, ¿Entramos...? — Dijo Vox nervioso.

— Encantado... — Dijo Alastor, encadenando el brazo de Vox con el suyo.

— ¿Tienen reserva? — Preguntó el guardia de allí.

— Si, somos Vox y Alastor, búscalo — Dijo Vox, aparentemente enfadado, pero en realidad se encontraba muy emocionado por aquel encuentro.

— Perfecto, pueden pasar. Disfruten — Dijo el guardia, permitiéndoles la entrada al lugar.

— Eso haremos... — Dijo Vox.

— Por aquí, señores — Dijo una camarera, indicándoles su asiento.

Ambos se sentaron.

— ¿Que van a pedir? — Preguntó la misma camarera.

Vox miraba a Alastor con una sonrisa y sonrojado.

— Bueno, querida, ¿Me traería un vodka? — Preguntó Alastor amablemente.

— ¿Y usted, señor? — Preguntó.

Vox se encogió de hombros, y dijo lo mismo que Alastor.

— Yo también un vodka — Dijo Vox, mirando a otro lado tras decir eso.

— Muy bien, enseguida se los traigo... — Dijo La camarera.

Lo que Vox en esos momentos no sabía, era que de esta "cita" se arrepentiría toda la vida...