7

148 6 0
                                    

La convivencia con Richard era buena, hasta que un día hubo una pelea bastabte grande.

Richard salía mucho a trabajar por las noches para poder ayudar a pagar el alquiler de la casa y eso no lo veía nada raro, hasta que un día salimos de fiesta y nos encontramos a un amigo suyo.

-¡Richard! No pensé verte aquí, después de como te pusiste ayer por la noche cuando fuimos a- Richard lo interrumpió.

-Lo siento Rick, pero nos tenemos que ir- Rápidamente subimos a su coche y nos dirigimos a casa.

Cuando llegamos él empezó a preparar la cena, ya que nos habíamos ido muy temprano, no llegamos ni a beber un vaso de alcohol.

-¿No que ayer estabas trabajando?- Pregunté molesta.

No quería que mi novio me mintiera, otro chico me hubiese dado igual, pero él... no.

-Sí, bueno, pero...-

-¿Pero qué? ¿Es por eso que te vas muchas noches? ¿Te vas a beber por ahí y a liarte con putas?- Lo interrumpí, estaba molesta.

Este se giró rápido a verme y dejo el cuchillo que llevaba en la mano de golpe en el mármol de la cocina.

-Preocupate de tus putas cosas, Ylenia, no me empieces a hacer escenas de celos, porque si no, no vamos a llegar a ser nada- Habló mirándome serio.

Su mirada penetraba la mía como una daga penetra un corazón.

-Esta bien, vale, me preocupare por mis putas cosas, haz lo que quieras y sal las veces que quieras sin decirme nada y acuéstate con la primera puta que se te ponga encima- Alcé la voz.

-¡Yo no me he acostado con ninguna mujer que no seas tú!- Ahora era él quien alzaba la voz.

-Bueno, pues si estamos así, que te la sude donde quiera que yo vaya, y cuando me preguntes donde he estado o donde voy, no te lo diré porque son mis cosas y tu te tienes que preocupar por tus mierdas-

Él se acercó rápido a mí y agarró mi mandíbula con su mano.

-Escúchame- Empezó a hablar en español, mientras apretaba con más fuerza mi mandíbula, haciendo que mis labios quedasen en forma de pico.

-A ti no te va a importar donde yo vaya y no vas a hacer putas preguntas, ¿te queda claro?-

Su voz era grave, y soltaba cada palabra con una frialdad que hacía daño.

Sentía que acabaría dislocandome la mandíbula por tanta presión y fuerza que hacía en esa zona debido a la rabia y al enfado.

-Y tú- Agitó bruscamente mi cara y la levantó para que lo mirara.

-Tu vas a decirme dónde estás, con quién estás, y todo lo que hagas en tu vida, porque si no fuera por mí, puede que estuvieras muerta, ¿me entiendes?-

Unas lágrimas caían por mis ojos del dolor físico que hacía su mano contra mi mandíbula y mejillas.

-Así que no te vayas de lista y obedece a todo lo que te digo, ¿entiendes?-

Yo asentí y él soltó su agarré para luego irse a su habitación.

Con mis manos empecé a acariciar delicadamente donde la mano de mi novio había estado recientemente.

¿Que fue aquello?

Definitivamente ese no era el Richard que conocía.

Eres tú... [Richard Ramírez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora