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Pasó una semana desde aquella noche.

Sentía que en cualquier momento él volvería hacía mi casa a acabar lo que empezó.

Una mañana, como muchas, la campanilla de la puerta sonó, esperando a ver a Richard sonreí, pero no fue así un chico alto apareció y pidió un café.

Empezó a hablar conmigo y fue muy agradable.

Mientras hablaba con el ahora nombrado, Mathew, Richard apareció y se sentó a su lado.

-¡Hola Richie!- Sonreí.

-Hola- Habló serio mirando al chico de su lado.

-El es Mathew Stone, lo acabo de conocer pero es un chico estupendo, creo que os podéis llevar bien- Hablé contenta.

-Ay, no me tires flores- Bromeó y yo reí.

Se le hizo costumbre a Mathew el venir a verme y a veces a recogerme para salir por las tardes.

Por alguna razón me distancie de Richard, y eso no me gustaba, porque con él era todo de color rosa y sabía que estaría segura.

Un día de estos, Mathew me acompañó a la casa de Mike, allí estaban los tres mosqueteros.

-Al fin te indignas a venir, nos tenías abandonados con tu nuevo novio- Se burló Roxy.

-Yo me voy ahora, nos vemos mañana guapa- Se despidió de mí dándome un beso cerca de la comisura de mis labios y posando su mano en mi cintura.

Yo sonreí un poco incómoda y me senté al lado de Richard para después abrazarlo.

-Me tienes abandonada- Hice un puchero.

-Eres tú- Se excusó.

-Uy, uy, pelea de novios- Se metió Mike.

-Te quieres callar zopenco que te va a meter un collejón- Afirmó Roxy mientras le daba un golpe seco en el centro de su cabeza.

-¿Y porque me pegas tú?- Gritó.

-Para que tengas una advertencia- Sonrió.

La tarde pasó, y cada uno estaba en su casa.

Ver a Richard me había hecho feliz.

Al día siguiente, compré un periódico para ver qué había nuevo, y lo primero que vi fue el rostro de Mathew con un gran título en el que ponía: "The Night Stalker ataca de nuevo"

Mis ojos se auguraron, pero no lloré, no quería llorar en horas de trabajo.

En mi descanso salí a fumar un cigarrillo y vi a Richard acercarse a un paso lento.

Vino con una sonrisa, hasta que vio mi rostro.

-Hey, nena, ¿que pasa?- Preguntó agarrando mis mejillas con sus grandes manos.

Yo le enseñé el periódico y este se asombró.

-Lo siento nena, tienes que estar fatal- Habló con tristeza.

-No sé porque me pasa esto a mí, es como si todo lo que más temo es todo lo que me pasa- Lloriqueé.

Mi maquillaje se empezó a correr y con sus pulgares lo limpió.

-Escucha- Subió mi rostro para que lo viese directo a aquellos ojos oscuros.

-No te va a pasar nada a tí mientras esté yo presente, ¿si?-

Yo asentí y el besó mi frente de manera delicada.

Me derretí.

Daba gracias de que Mike pusiera a Richard en mi camino.

Eres tú... [Richard Ramírez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora