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Aida: no quiero que te vayas nunca
Alba: tengo que trabajar. ¿Pretendes secuestrarme?
Aida: ahora en este punto, soy capaz de muchas cosas.
Alba: (acariciando su espalda desnuda) a veces creo que sueño... Ya me robaste el corazón. Tu mirar me tiene loca y tú forma de ser.
Aida: (levantando la cabeza para besarla) ya no podré estar sin ti alba, definitivamente eres tu quien me así falta. Quedate. Quedate para siempre conmigo. No me dejas.
Alba: solo podría alejarme de ti si tú me lo pides.
Aida: no te lo pediré nunca.
Alba: ¿hoy trabajas?
Aida: si. ¿Y tú?
Alba: tengo que viajar para una presentación
Aida: ¿cuánto tiempo?
Alba: quiza el lunes regreso.
Aida: yo solo trabajo hoy. Cres que pueda acompañarte.
Alba:(sonriendo) claro

Día del concierto

Alba: Cuando digo que no quiero amarte mas,
Es porque te amo
Cuando digo que no quiero mas de ti,
Es porque te quiero
Mas tengo miedo de entregar mi corazón
Y confesar que ando toda entusiasmada
Yo no puedo imaginar que va ser de mi si te perdiera un día
Veo mi paz que se desprende por doquier
Que después te entrego
Necesito hablar las cosas que yo se
Y después me niego
Y la verdad es que estoy loca ya por ti
Que tengo miedo de perderte alguna vez
Necesito aceptar que Dios jamas va a separarte de mi vida
Es una locura el decir que no te quiero
Evitar las apariencias ocultando evidencias
Mas porque seguir fingiendo sino puedo engañar mi corazón
Yo se que te amo
Ya no mas mentiras si me muero de deseos
Yo te quiero mas que a todo, necesito de tus besos
Le haces falta a mis días, mas sin ti no se que hacer,
Que hacer sin ti, yo quiero que conozcas mas de mi
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero mas que a mi
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero mas que a mi
Es una locura el decir que no te quiero
Evitar las apariencias ocultando evidencias
Mas porque seguir fingiendo sino puedo engañar mi corazón
Yo se que te amo
Ya no mas mentiras si me muero de deseos
Yo te quiero mas que a todo, necesito de tus besos
Le haces falta a mis días, mas sin ti no se que hacer
Que hacer sin ti, yo quiero que conozcas mas de mi
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero mas que a mi
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero mas que a mi
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero mas que a mi
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero mas que a mi

Hotel

Aida: ¿estás cansada?
Alba: solo un poco. Pero para ti nunca
Aida:Antes de ir a dormir... Pienso que... Necesitas relajarte... Y yo sé cómo hacerlo... Quiero relajarte...

Alba –me dice, acariciándome la mejilla y el cuello y con un tono de voz que empezaba a descifrar entre cariñoso y seductor. Mi corazón empieza a latir cada vez más fuerte y rápido, se me empieza a erizar la piel y siento cada vez más rubor en mis mejillas.

Alba:¿Relajarme...? ¿Cómo...? –le pregunto. Realmente me quedo sin palabras.

Aida: Ven, cariño... Siéntate

Alba –me dice muy dulcemente y a la vez con un tono de voz ansioso y con las mejillas cada vez más ruborizadas mientras me coge de la mano y me lleva hasta la silla de la habitación

Aida:Siéntate,  –me dice.

Me siento. Yo sentada, ella de pie. Las dos nos miramos fijamente. Ella se agacha un poco para llegar a mi rostro, me acaricia mis delgados brazos con sus manos, me mira fijamente a los ojos y me da un beso en la frente y otro en la mejilla, cerca de los labios. Siento un intenso escalofrío recorriendo mi cuerpo entero.

Lo primero que hace es coger un Chupa-Chup que tiene cerca de un  escritorio, desenvolverlo y ponérselo en la boca. Acto seguido, procede a quitarse la ropa lentamente delante mío. Se quita su vestido, se lo baja lentamente... Braguitas blancas... Esas cortas y hermosas piernas, esos abundantes glúteos, caderas... Se quita la lencería con tirantes finos y debajo sujetador también blanco cubriendo sus abundantes pechos, las dos prendas a conjunto con las braguitas... Esas abundantes curvas, a la vez bien proporcionadas... Se pone unas de esas chanclas negras que tiene de cuero y plataforma de cuña... Se suelta el pelo y se lo decanta de sus ruborizadas mejillas, casi acariciándose a sí misma... Su bravía cabellera larga, lacia, castaña, con flequillo... ¡Uffff...! ¡Que mujer...! ¡Menuda diosa del Olimpo...! Mi cuerpo empieza a reaccionar ante ella como nunca antes. Siento como mi piel se vuelve más sensible y que se me eriza cada vez más, como va subiendo el rubor en mis mejillas y un calor y brillo febril en mis ojos, como va también subiendo la temperatura de mi cuerpo, como mi corazón va latiendo cada vez más fuerte y rápido, como mis piernas y brazos empiezan a temblar como flanes, como mi estómago se va contrayendo, como mis pechos y pezones se van endureciendo por debajo del fino camisón negro de manga larga que llevo, como va abriéndose en canal esa dulce sensación de calor y de presión entre mis piernas...

Las veces que en la intimidad he pensado en ella y mi cuerpo ha reaccionado hasta, literalmente, el orgasmo, han sido muchas, aunque la sensación es aún más intensa cara a cara y viendo semejante descarga de sensualidad en vivo que en la imaginación y en pensamientos. Siempre he tenido recurrir a mi imaginación para visualizarla mentalmente de manera sensual. Y sí, mi cuerpo ya reacciona y no precisamente poco, viéndola en camisa de tirantes, en pantalones cortos y en bañador. Pero eso ya es otro nivel. La deseo a reventar desde el día que la conocí. Y después de todo este tiempo, LA AMO.

LA IDEA DE TENERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora