Capítulo 6

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Avión-juju no tenía demasiada paciencia, y si bien había desalojado esa cualidad con base a su cobardía y tendencia a abrazar muslos. Le estaba costando cada vez más tener que aguantar a Sha Hualing y la demonio no ayudaba.

Desde que tenía decorando su cabello la hermosa horquilla que Liu Qingge le había dado a su hermana, no había escatimado en pavonearse delante suyo con sorna. Aprovechaba pasar a su lado y soltar frases insidiosas. Al principio no podía juzgarla, si él tuviera una horquilla igual del amor de su vida, también se la pasaría delante de todos presumiéndola. Sería el triple de discreto pero aquello solo era  debido a la diferencia de personalidades. En fin, su paciencia comenzó a acabarse cuando se percató que solo se pavoneaba delante de él, y que solo delante de él lanzaba comentarios sagaces.

-Al parecer a tu Shang-shidu le gusta mucho mi horquilla, Mingyan- exclamó la demonio riéndose en su cara y abrazando el brazo de la chica como si su vida dependiera de eso. Su humor aquel día no era el mejor, lleno de trabajo como estaba acaba de caérsele dos o tres rollos de pergamino. Mingyan se había agachado para recogerlos y por eso la demonio le tomó del brazo con supuesta inocencia- se le cayeron sus cosas de lo impresionado que está.

-Shang-shidu, perdónenos- exclamó la muchacha soltándose del agarre de la otra para ayudarlo a recoger sus cosas.

-No te preocupes- le dijo deseando irse lo más rápido posible. Pero Sha Hualing no lo dejaría escapar tan fácilmente.

-No tienes que deslumbrarte, Shang-shidu~. Tal vez y con mucha suerte, algún día, en muchos pero muchos años alguien pueda darte una.

Su temperamento no era violento en lo absoluto, pero jamás sintió tantos deseos como en aquel instante de golpear a la chica. Sus comentarios en realidad golpeaban un punto importante en su corazón. Se arrepintió por haber intercedido por ella delante de Liu Qingge.

-Olvidas que yo traje desde los picos aquel regalo para Mingyan. No tengo nada de que deslumbrarme.

Ella soltó una carcajada con ganas.

-Demostrando lo servicial que puedes ser. Qué cruel debió tener esto en tu poder y no poder siquiera justificarlo con una relación personal.

-¿Y tú qué vas a saber de mis relaciones personales?

-Cómo tienes tantas- arguyó la chica alargando las palabras y girando los ojos. Se estaba burlando de él y lo peor es que estaba cayendo en su juego.

-A mí me basta con una.

Los ojos rojos de la demonio brillaron con furia y luego con curiosidad.

-Me sorprende que tengas una- le dijo ignorando por completo las implicaciones que tenía su comentario anterior- ¿será real?

Se mordió la lengua. Sí y no. Si lo pensaba prácticamente había escrito a su hombre ideal.

-Tú sabes mucho de realidad, ¿verdad?

La conversación había ascendido a un punto donde Mingyan ya no entendía nada y lo agradeció pues la implicación que tenía lo que recién había dicho la involucraban demasiado. Sha Hualing se tornó roja, era su hija por supuesto que sabía cómo sacarla de juicio y también sabía que por el tipo de cultivación que practicaba Mingyan sus relaciones amorosas se veían privadas en muchos aspectos.

-¿Cómo si tú supieras de realidad?

-La conozco y mucho mejor que tú- dijo antes de irse corriendo por el pasillo, evitando un ataque de la chica.

-Regresa acá, rata...

-Hualing-mie, tranquila- le dijo Mingyan tomándola por el brazo.

Se sorprendió al ver que la demonio olvidó toda su furia y se volvió mansa hacia la chica.

I met my love in the last life Donde viven las historias. Descúbrelo ahora