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-¡Alondra!

La nombrada alzó la vista con sorpresa, para encontrarse con Sofía.

-¿No puedo tener un sábado tranquilo? - Dijo, aunque el tono de broma, no le molestaba que esa chica estuviera allí.

-Con lo ocupada que estás dudo que sea así, está tan atestado de clientes- Dijo, con una sonrisa falsa, haciendo un ademán al lugar, dónde con suerte llegarían a ser cinco personas haciendo sus compras.

Alondra se encogió de hombros.

-¡JuJu~!- La voz alegre de Valentina, aunque rara para Alondra, muy cotidiana para la alfa, hizo que ambas miraran a la sonriente castaña, que llevaba puesto un vestido blanco, del mismo tono que sus uñas, y demasiado corto para el gusto de Alondra.

-Para usar eso porqué no sales desnuda - Comentó, haciendo que la sonrisa en el rostro de Valentina desaparezca.

-Que bueno que no me visto parar ti, tarada - Resopló molesta.

-Cállate López- También intervino Sofía, y Alondra sintió un zape en la nuca, frunció el ceño, algo molesta-, como si te vistieras tan bien como mi Vale - Cubrió con un brazo los hombros de la omega, quién volvió a sonreír.

Alondra rodó los ojos, las chicas decidieron irse y Sofía fue la única que se despidió, al menos de lejos, de la rubia, alegando que el olor a café le quedaba bastante bien.

No le dio mucha importancia a las chicas y volvió a ver las páginas de su libro, aunque no leía.

Había pensado toda la mañana en lo que había visto en la televisión, no había terminado de escuchar todo, pero las charlas de los clientes le habían dejado claro que esa tal Angie Velasco había dado una descripción de Rai, su altura, peso, color de su pelo y ojos, y lo que llevaba puesto la última vez que la habían visto; para después describir a su forma de loba, aunque Alondra creía que se habían equivocado completamente, ella misma había visto lo adorable que era la omega en su forma animal, como un cachorrito de pelaje blanco que parecía de unos pocos meses, mientras que, por lo que había escuchado, Rai cambiaba a una loba más adulto pero pequeña y algo delgada.

Y para su mala suerte, también habían dicho que la omega tenía más posibilidades de estar en ese mismo barrio.

Se había pedido alerta por si alguien llegaba a sentir el olor a manzanas y caramelo, propio de Rai.

Y cuando escuchó el tema del olor, Alondra supo que estaba bastante jodida.

Con todo su departamento apestado a Rai, que ya de por sí tenía olor fuerte, sumado a que ahora la chica estaba en celo y había incrementado más que Alondra ni siquiera tenía olor propio para al menos disimularlo, y que cargaba con el aroma de la pelirroja todo el día por dormir juntas toda la noche... Nada parecían estar a su favor.

Y por más que no quería tocar el tema, porque sabía que a Rai le provocaba temor, y que a ella tampoco le gustaba la idea de que ocurriera, era algo inevitable.

Debía hablar con Rai de qué pasaría cuando ya no pudiera esconderse más.

Terminó su turno y caminó más apurada de lo normal hacia el departamento, sintiéndose casi perseguida, aunque sabía que sólo está siendo paranoica.

Hacía mucho frío, y por más que tuviera varias capas de ropa, este le llegaba a la piel de su cuello, provocando molestias en su garganta.

Y aunque iba con la cabeza gacha para esconder su cuello en la campera, igual alzaba la vista para ver.

Los autos oscuros seguían allí, por cada coche de policía había uno, aunque ahora, esas personas vestidas de traje se veían mucho más amigables que los días anteriores, más sonrientes, desprendiendo olor a confianza.

Delta [Railo Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora