Epílogo. P2 Final

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(𝑒𝑑𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝐶𝒉𝑒𝑠𝑡𝑎𝑝𝑝𝑒𝑛)

–Verstappen mira a la camara y sonríe!– río el de piel canela.

–¿que haces?– pregunto el neerlandés uniéndose a su risa.

–solo quiero capturar el momento– asintió tomando la foto, para después acercarse a este.

–te amo chico de bonitos ojos azules– sonrió el mexicano abrazandolo.

–yo también te amo mi chico de estrellas– dijo el neerlandés, bajando a la pequeña que tenían en sus brazos. –Miri mira, ahí están tus papás– sonrió el neerlandés.

–sii, gracias tío– dijo la pequeña y se fue a dónde ellos estaban.

–al parecer los perdió por un rato– comento el mexicano riendo, el neerlandés asintió.

El mexicano se acercó al contrario, enrrollando sus brazos en el cuello ajeno, el cual hizo que Max posara sus manos en la cintura de este.

–Seras un buen padre en el futuro– sonrió el más pequeño.

–¿si?– sonrio Max por aquel comentario que había hecho el tapatío.

Acercó mucho más al mexicano hacia su cuerpo, haciendo que estos quedarán más cerca y sus rostros quedarán a unos escasos céntimetros, así que no pudo evitar sellar sus labios en un beso suave y lento.

Se separaron lentamente y se sonrieron algo tímidos por lo que acaba de pasar, no es que fueran extraños sus acercamientos, pero sabían que aún se sentían algo tímidos, aunque los años pasarán, sabían que se sentirían así siempre.

El tapatío desvío la mirada hacia otro lugar, haciendo que el neerlandés sonriera por su acción. Le encantaba ver aquellas facetas del más pequeño, le gustaba como es que podía pasar de decir algo "¿atrevido?" a ponerse algo "tímido".

Era tan lindo, pensó, suspiro como un adolescente enamorado, para después tomarlo de la cintura alzando y dándole vueltas, el tapatío se sobresalto un poco, pero después empezó a reír.

–Max!– río, para ser bajado y besado, lo cual el correspondio, una pequeña sonrisa se formó en sus labios sobre aquel beso. –te amo Max Verstappen–.

Se quedaron viendo por varios segundos, hasta que miraron el paisaje que tenían enfrente. Un anochecer hermoso, pensaron, al final Max cumplió la promesa de hacer que Sergio cumpliera su sueño, de mirar la luna en una noche de playa.

Se sentían unos adolescentes enamorados, jugando y planeando una vida a futuro, eso era lo que querían y lo cumplirían. Nuevamente Max estaba con Sergio, su Sergio.

A lo lejos, un Carlos y un Charles los veían muy felices y sonrientes.

–nuestro Sergio ahora es muy feliz– dijo el monegasco.

–asi es Charles, me alegra verlo tan feliz con ese alguien– sonrió el español.

Estaban tan felices, parecían unos papás orgullosos de su hijo sacando una buena nota.

(recuerden chicos, no importa si sacan mala nota, eso no los define, su esfuerzo es más que suficiente, ustedes son suficientes y sus notas no definen quienes son)

Charles tomo a Miri en sus brazos, para después caminar junto a Carlos, sus pies tocaban la arena y el agua tocaban sus pies, se sentían tan plenos y felices, aquella paz que alguna vez fue tormenta, volvía a ser paz.

Checo y Max se encontraban sentados en la arena, mirando hacia el cielo, ver cómo la luna de reflejaba en el agua, era tan hermoso, un anochecer que no olvidaría jamás, y que amaría recordar por siempre.

Una noche que no olvidaré en un suspiro, gracias a Max Verstappen, mi primer aquel amor de universidad, que me hizo sentir y tomarle sentido a la vida.

te amo
Sergio Pérez.

El monegasco y el español, junto a su pequeña, se acercaron a ellos, para acompañarlos en aquella noche tan linda que se habia aparecido en esta noche. Sergio se sentía tan feliz, había vuelto, estaba siendo muy feliz, ahora más que nunca se sentía tan pleno, pues junto a el, estaban ellos.

Carlos y Charles, gracias por hacerme parte de su vida, cuando nadie lo hacía, ustedes me acompañaron en mí peor momento, me hicieron y me hacen tan feliz, muchas gracias chicos.

Los quiere
Sergio Pérez.

–La noche es hermosa ¿no creen?– pregunto el monegasco.

–así es, es una hermosa noche– respondió el mexicano.

–gracias chicos, por hacerme siempre tan feliz, por hacerme sonreír todo el tiempo, por estar junto a mi– sonrió el mexicano feliz, levantandose corriendo al agua de aquel mar que estaba en frente de ellos.

–vamos chicos, vengan!!– grito el tapatío, salpicandoles un poco de agua.

Haciendo que estos se levantarán y hicieran lo mismo, salpicandole agua también a el, reían y sonreían al unísono, aquella noche estaba siendo tan perfecta.

Una noche que no olvidaré en un solo suspiro.

Sergio Pérez.

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Entonces llegamos al final, muchas gracias por llegar hasta aquí, espero que les haya gustado y me disculpo si no era lo que esperaban, pero prometo que mejoraré y hare una mejor.

De hecho, estaba pensando en hacer una sobre Lewis y George, pero nosé cómo lo vean, aún así gracias por leer.

Nos vemos, cuídense mucho, bye. :3

𝘖𝘕𝘌 𝘓𝘈𝘚𝘛 𝘛𝘐𝘔𝘌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora