Capítulo 8. [ ¿Dónde estoy? ]

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Terminé acercándome al chico que llevaba tiempo mirándome desde que había entrado al Holandés. Nos encontrábamos cerca de la barra, en una mesa alta donde descansábamos nuestras copas. Era evidente que me observaba de reojo cuando apartaba la vista, y yo no era ajena a su atención. En un momento, aprovechando que él no estaba mirando, decidí susurrarle a Amaia, quien parecía estar interesada en mi interacción con este misterioso desconocido.

—¿Voy a hablar con él? —preguntó Amaia mientras lo observaba, y yo comencé a sentir un rubor de vergüenza, imaginando el momento en que se volviera y nos descubriera, dos chicas conversando sobre él.

Respondí de inmediato que no. Claramente, la responsabilidad recaía en mí para iniciar la conversación, a menos que él se adelantara... Sin embargo, fui yo quien tomó la iniciativa, de una manera ingeniosa.

Necesitábamos salir al exterior, ya que Víctor quería fumar y nosotras simplemente necesitábamos un poco de aire fresco. Mientras él y su grupo de amigos se dirigían hacia la puerta, pedí a una de las camareras que me proporcionara papel y un bolígrafo. En ese papel, escribí mi nombre junto a un corazón y mi número de teléfono. Luego, devolví el bolígrafo y guardé el papel en mi bolsillo izquierdo.

Con nuestras bebidas en vasos de plástico, nos dirigimos hacia la puerta, con Amaia a la cabeza, quien ya conocía mi plan. El chico estaba de espaldas, así que toqué su hombro y, cuando se giró, me miró con una sonrisa. Sin decir una palabra, le entregué el papel y me marché, también sonriendo.

No pasaron ni siquiera 20 minutos cuando recibí un mensaje de un número desconocido en mi bandeja de entrada. Decidí esperar a terminar mi copa antes de responder. Desde el exterior, pude ver al chico con su teléfono en la mano, conversando con sus amigos. Uno de ellos buscaba algo con la mirada en el Puffeto, supuse que era yo, aunque no sabía si me habían visto salir. En última instancia, eso no importaba, pues ya tenía su número.

Finalmente, terminé mi Gin Tonic y saqué mi teléfono. No obstante, el mensaje que recibí me dejó completamente desconcertada:

"Sé tu secreto. Te están buscando."

MANCHADA de Aarón AlcaideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora