Capítulo 18. [ El Autor ]

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—No necesito tu ayuda para encontrarlo. ¿Prefieres que te deje aquí como la última vez? —pregunté sin esperar respuesta—. Olvídame y ocúpate de tus asuntos. Te llevaré a casa y me olvidarás. No estás siendo claro; solo logras marearme.

El chico se quedó en silencio. Yo me dirigí hacia el Holandés, retomando la misma carretera de antes.

—Confío en que lo entenderás, aunque no te quede mucho futuro por cambiar.

La conversación se volvía sombría, y esa frase fue la gota que colmó el vaso. Sin embargo, no iba a repetir la misma táctica de dejarlo en mitad de la carretera. Lo llevé de nuevo al Holandés, y durante todo el trayecto mantuvimos el silencio. Cuando finalmente se bajó del coche para marcharse, dijo:

—Este es el camino que ellos desean.

Cerró la puerta y se fue.

MANCHADA de Aarón AlcaideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora