Superman: A red and blue shield(Superman en Tate no Yuusha)

Capítulo 2: Capa roja

Siguiendo el sonido de los gritos que pedían ayuda ingresé en el planeta tan rápido como un meteoro, el aire alrededor mío entró en combustión a medida que atravesé la atmosfera. No medí mi velocidad por el apuro y tardé en entender de que probablemente desperté a medio planeta con el estruendo que causé.

En ese momento no presté atención, pero el planeta era prácticamente igual a la Tierra. Un hermoso planeta verde con brillantes océanos azules y majestuosas cordilleras cubriendo su superficie. 

Seguido por un Boom sónico me detuve en seco al llegar a la ubicación por donde más o menos calculaba que era el origen, por encima de un frondoso bosque que se extendía por kilómetros. Busqué con la mirada y no tardé mucho en encontrar el origen de los gritos de auxilio. Abajo en medio del bosque y bastante escondido estaba un edificio en ruinas. A simple vista abandonado hace muchos años, pero viendo más de cerca había un grupo de personas al lado con expresiones bastante enojadas. 

Ocho personas en total, siete hombres y una niña en medio de todo el grupo. Seis de los hombres vestían túnicas con capuchas sucias y daban muy mala espina con solo verlos. El otro hombre sin embargo era diferente ya que vestía una armadura de placas parecida a un caballero medieval. Todos iban armados con hachas y espadas. Era extraño ver ese tipo de equipamiento y vestimenta, pero le resté importancia cuando enfoqué mis ojos en la niña en medio del grupo.

Delgada y sucia, esa fue mi primera impresión al ver a la niña. Claramente asustada y sentada en cuclillas mientras se cubría las orejas con fuerza. Desde aquí no podía ver su rostro, pero ya me imaginaba como sería su expresión. Ahí me di cuenta de que la niña tenía una cola de animal, me recordaba a la de un mapache. 

¿Secuestradores? .... es lo más probable. Pero el estado de la niña era alarmante, no solo estaba delgada sino herida, vi varios cortes y moretones muy recientes en sus extremidades.  Al ver esto apreté los puños cuando la ira recorrió mi cuerpo como un rayo. 

Ahí abajo todos se miraban entre sí y a los alrededores confundidos o con miedo, incluida la niña que esporádicamente miraba a los lados. Mi ruidosa llegada debió alertarles. Por ahora ignoraré a los presuntos secuestradores, ya que en este momento mi prioridad máxima es llegar al lado de la niña.

No quería que hirieran a la niña por error así que pensando un poco decidí usar un viejo truco. Ninguno había notado mi presencia encima del grupo y aprovechando eso me zambullí en el interior del bosque, volando tan rápido que el viento silbaba como una flecha di una vuelta completa alrededor del grupo. Funcionó a la perfección y casi al instante los hombres tomaron posturas defensivas y empezaron a gritarse ordenes entre sí mirando al bosque con incertidumbre.

Mas rápido que el pensamiento sin que ninguno pudiera reaccionar pasé al lado de cada uno de los hombres y les arrebaté sus armas. Después de quitárselas con un leve empujón de mi parte los sietes hombres volaron un par de metros y cayeron al suelo con un golpe seco. Arrojé las armas en el interior del bosque antes de volar al lado de la niña. 

Ahí sentada en posición fetal abrazando sus piernas con los ojos cerrados estaba la niña, tenía el pelo café claro, vestía un arruinado saco de papas como vestido y noté como también aparte de tener una cola tenía orejas parecidas a las de un mapache un poco por encima de donde irían las orejas normalmente. 

Estaba temblando del miedo y su respiración era agitada, entendí que la asusté a ella más cuando entré y no pude evitar sentirme culpable. No era mi intención, pero tendré que disculparme con ella más tarde. Pero por ahora debo averiguar qué está pasando exactamente. 

Me arrodillé sobre una pierna para poder verla a una altura similar a la suya, estaba demasiado delgada, tenía la piel horriblemente seca y parecía que se iba a caer a pedazos al mínimo toque, pero lo peor eran a la gran cantidad de moretones, arañazos y cortes que tenía en su pequeño cuerpo. Ninguna era accidental... ¿Quién podría ser capaz de hacerle esto a una pequeña como ella?