Antes De Lo Previsto

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Incluso con mi prominente barriga, me encargué de los arreglos para la vida diaria de mi primer bebé.

Sin embargo, los nubarrones en mi cabeza no se disipaban fácilmente, por muy luminoso que fuera mi entorno. ¿Podría eliminar en secreto el nido que Heinley había construido?

Al estudiar sobre la infancia, descubrí cuán vulnerables eran los bebés. Por mucho que lo pensara, un nido seguía siendo poco conveniente. Cuanto más aprendía, menos quería a mi bebé en ese nido descuidado de Heinley. El problema era... «¡Mi reina, Mi reina! Mira qué bonita es esta joya amarilla. ¿O encuentras más bonitas la joya púrpura?»Cuando Heinley me extendió dos joyas para que las examinara, suspiré.«¿Mi reina?» Estaba ocupado decorando su nido. McKenna también correteaba por ahí, recolectando seda para añadir a su propio nido. Como necesitaban construir sus nidos convertido en pájaros, con frecuencia veía a través de las ventanas de mi oficina a un pájaro dorado grande y otro azul más pequeño revoloteando.«¿No podemos montar un nido después de que el bebé crezca un poco?»«Ah, Su Majestad. El bebé necesita pasar varias horas al día en su forma de pájaro.» «Eso he oído, McKenna. Pero mientras el bebé es un pájaro, ¿realmente tiene que estar en un nido?»«Un nido es más cómodo en forma de pájaro.»Quise decirle que eso no era cierto, pero como yo nunca había sido un pájaro, no podía objetar. Al final, me reuní con Heinley y McKenna en mi salón para elegir la seda y otros detalles para los nidos. Heinley y McKenna necesitaban probar ellos mismos la seda, así que se transformaron y me dejaron como único humano. Mi trabajo consistía en poner y quitar la seda alrededor de sus alas mientras probaban varias opciones. 

«¿Su Majestad?»El Vizconde Langdel llamó desde el otro lado de la puerta

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«¿Su Majestad?»El Vizconde Langdel llamó desde el otro lado de la puerta. Había enviado a todas mis damas de compañía fuera para que pudiéramos llevar a cabo esta prueba. Comprobé por última vez cómo estaban los pájaros y me acerqué a la puerta. Les había dicho a todos que, en la medida de lo posible, no me molestaran, porque estaba trabajando en algo complicado. «El hombre llamado Dolshi está aquí.»Dijo el Vizconde Langdel.Oh, Dolshi. Había pedido que me avisaran cuando llegara Dolshi. Pero ahora mismo... cuando miré hacia atrás, McKenna lo oyó y se quedó inmóvil con una ramita en el pico. Encontrándolo divertido, Reina batió las alas y rodó por debajo de la mesa. A veces se comporta como un tonto. ¿O también sus cerebros se vuelven de pájaro cuando se transforman? «Vizconde Langdel, siento el estómago muy pesado ahora mismo. ¿Puede decirle que no puedo verle en este momento? No me siento bien.» «Si, Su Majestad.»El Vizconde se inclinó.Después de que cerré la puerta y volví al sofá, McKenna resbaló y cayó de bruces sobre la mesa. Era tierno ver a un pajarito tumbado boca abajo en línea recta. Pero en cuanto me eché a reír, Heinley le dio una patada. Acto seguido, Heinley se tumbó de la misma manera, mirándome con ojos brillantes.Prácticamente podía oírle pensar, '¿No soy más tierno?'Sí. Definitivamente sus cerebros se vuelven de pájaro. ***Después de elegir cómodas sedas y más joyas para los nidos, McKenna y Heinley volvieron a su forma humana y los tres comimos juntos. Los dos discutieron, aunque esta vez no sobre los nidos. Heinley se rió de McKenna tras enterarse de su situación con Dolshi.«Supongo que te vas a casar, McKenna.»McKenna resopló, pero Heinley no lo dejó pasar. «Los dragones no tienen género determinado, ¿cierto? Además, los dos son azules. ¡Hacen buena pareja!» «¡¿Cómo puedes decir eso?!»«¡Fíjate con qué seriedad va a por ti!»«¿Qué quieres decir? ¡Ni siquiera me mira al pasar! Sólo quiere una mascota. ¡Por eso lo hace!» Terminamos la comida charlando entre risas, luego pedimos café y té. Salimos al jardín para disfrutar de las actividades vespertinas, disfrutamos del sol y comimos tranquilamente el postre. Heinley dijo que quería cantarle al bebé. Le cantó suavemente una canción de cuna en voz baja. McKenna gozó de un momento de paz mientras se tapaba los oídos. En ese momento, apareció Sir April.«Su Majestad.»«¿Qué pasa?»Heinley dejó de cantar. Su expresión relajada cambió a la habitual en un instante. McKenna se quitó las manos de las orejas y se levantó. «Ha llegado una carta de la Alianza del Continente Wol.» «¿Una carta?» «Sí. Enviaron cartas a todos los países miembros al mismo tiempo. Creo que eso significa que todas dicen lo mismo.»April le pasó la carta a Heinley. ¿Qué dice? Heinley arrugó la frente mientras leía. ¿No son buenas noticias? Al sentir nuestras miradas sobre él, Heinley levantó la vista.«Es una invitación formal. Este año organizarán una Ceremonia de Año Nuevo conjunta, en vez de que todos la celebremos por separado. Desean que todos los reyes y emperadores asistan.» Todos los reyes y emperadores... No era algo inaudito. No se reunían regularmente, pero sí una vez cada tres o cuatro años. ¿Pero ahora? Hasta donde sabía, aún no era momento de reunirse para Año Nuevo. A mi lado, McKenna chasqueó la lengua.«Creo que están tramando alguna cosa. Justo cuando están intentando descubrir las debilidades de nuestro país, de repente quieren organizar una reunión.»Sir April asintió. «Así es. Es sólo una suposición que cada país recibió la misma carta. Podrían ser todas diferentes.»Heinley deliberó sobre la cuestión con cautela. Finalmente, se levantó y me plantó un beso en la frente. «Mi Reina, quería quedarme contigo todo el día. Pero, ¿puedo irme un momento?» «Está bien.»¿Desde cuándo me pedía permiso? Heinley besó mi frente una vez más, puso su mano sobre mi estómago y murmuró.«Escucha a tu madre mientras estoy fuera.»Luego, fue apresuradamente junto a Sir April y McKenna al palacio principal. Incluso después de que se marcharon, me quedé sentada tomando el aire fresco hasta que el sol se puso por completo. Quería dar un paseo, pero... últimamente sentía la barriga más pesada. Me costaba caminar más que antes. Era de esperar, con un bebé dentro de mí, pero a veces pesaba mucho más de lo que podría haber imaginado. A veces me asustaba. «Su Majestad, el aire de la noche es frío. Debería entrar ahora.»Dijo uno de mis cortesanos. «Sí, estaba a punto de entrar.»Sin embargo, mientras avanzaba por el camino de piedra hacia mi habitación, vi dos imponentes siluetas frente a frente. Estaban de pie cerca del palacio principal. Reconocí una enseguida. ¿Mastas? Por la lanza en su espalda, estaba segura de que era ella. Y el hombre apuesto que estaba frente a ella era... «Lord Koshar, me gustas.»¿Mi hermano?'Es frustrante...'Mastas caminaba sumida en sus pensamientos. Las hojas caídas crujían bajo sus pies y el viento frío le causaba dolor en las mejillas, pero no oía el sonido ni sentía el frío. Se hallaba en una encrucijada. ¿Qué debo hacer? Todos los días pensaba en Koshar al despertar. Antes había pensado a menudo en él, pero ahora Koshar ocupaba una mitad entera de su corazón. A pesar de su cuerpo débil, se mantenía fuerte y se negaba a ceder. Quizá si pudiera pasar unas semanas— o meses— sin ver su cara, la situación mejoraría. Sin embargo, Mastas era la dama de compañía de Navier. De la mañana hasta la noche, cuidaba de una mujer idéntica a Koshar. 'Se supone que Lord Koshar se casará con la Princesa Charlotte. No puedo sentirme así.'Pero los corazones de las personas nunca fueron fáciles de controlar. 'Es porque Lord Koshar es muy frágil.'Ella temía que se lastimara si le quitaba los ojos de encima. Le preocupaba que incluso el suelo blando o la suave brisa pudieran hacerle daño. Podría resfriarse con el viento. La más mínima mala pisada podría torcerle el tobillo. Una caída podría romperle los huesos. Pero a pesar de sus debilidades, su corazón era firme y puro. Cuando tenía intención de perseguir al rufián que insultó a la Emperatriz, Koshar la detuvo antes de que hiciera una cosa de la que se arrepentiría.'Es el hombre perfecto. La única razón por la que aún no se ha casado debe ser porque nadie más puede manejarlo.'De repente, vio a Koshar justo delante. Estaba apoyado contra una pared, completamente solo.'Hmm. Algo debe preocuparle.'Koshar miraba fijamente al suelo, pensativo. Sus mechones dorados revoloteaban con el viento, haciendo que el corazón de Mastas latiera con fuerza. Parecía como si en cualquier momento le fueran a salir alas y volar. Mastas se quedó mirándolo, embelesada. ¿Era normal llorar al ver a una persona hermosa? Koshar sintió sus ojos puestos sobre él, por lo que levantó la cabeza y la miró. En ese instante, Mastas tomó una decisión.'Me le declararé. Si me rechaza, está bien, al menos habré dejado salir (expresado) mis sentimientos.'Si no decía nada ahora, una vez que él se casara, siempre se lo preguntaría. Pero eso sería una ofensa a la Princesa Charlotte. Mejor confesar ahora, antes de que se casara.«¿Señorita Mastas? ¿Qué pasa?»Koshar se apartó de la pared. Ella lo miró maravillada. Su sonrisa le recordaba a un lirio. «Lord Koshar.»Respiró hondo y se acercó a él. '¿Cómo debía hacerlo?'Tenía que declararse con estilo.«Me gustas.»Una vez que dijo esto, Mastas gritó en su interior. Pero ya era demasiado tarde.'Debí haberlo ensayado.'Ella debería haberse ofrecido a protegerle durante toda su vida, o al menos haberle comprado un anillo de joyas.«¿Qué pasa si no soy la persona que crees que soy, Mastas?»Lord Koshar continuó con cuidado.«¿Te seguiría gustando entonces?»Ella frunció el ceño, sin comprender.«Por supuesto.» «Yo—» «Estaría a tu lado aunque fueras un rey demonio del infierno.»Mastas hizo una mueca de dolor. '¡Maldición, boca! ¡Cállate!'Sin embargo, no podía apartar los ojos de Koshar. Lo decía en serio. «Ah, no soy un rey demonio.»'Él está sonriendo. Me está sonriendo.'«A decir verdad, también estoy interesado en ti, Señorita Mastas.» «Oh. ¿En serio?»Sus labios se separaron en shock. Él sonrió. «Tal vez empezó el día que me golpeaste la cabeza.»***¡Ack! Mi hermano está abrazando a Mastas. Están a punto de besarse. ¡No quiero ver esto! Me alejé rápidamente de la escena, rezando para que a pesar de que ambos eran caballeros, ninguno me oyera marcharme. «Realmente no quiero ver cómo mi hermano tiene un romance con alguien.»Murmuré al llegar a mi habitación.«¿Lord Koshar está saliendo con alguien?»Laura dejó de leer un libro de cuentos y levantó la vista. Le brillaron los ojos.«¿Es su pareja la atolondrada en la que estoy pensando, Su Majestad?» Guardé silencio. Me había prometido no mostrar demasiado afecto a Heinley delante de Koshar, así que me molestaba que mi hermano no mantuviera sus afectos en privado. Pero me alegraba de que pareciera feliz. Por lo visto, a Koshar sí que le gusta Mastas. Y yo que pensaba que no le interesaba el se*xo opuesto. Estaba segura de que se casaría con su espada— o en un matrimonio de conveniencia. Oh. ¿Qué pasará con la Princesa Charlotte? Bueno, aún no ha respondido a su propuesta. Ya encontrará la manera de no herir sus sentimientos.

La Emperatriz Dicorciada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora