4. Humíllalo

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Atsuhiro miraba el monitor frente a él y luego su escritorio, estaba lleno de carpetas, apenas llevaba trabajando ahí 2 meses y se sentía lleno de trabajo, ya no veía con regularidad a Dabi, por ende Geten había desparecido de su vida poco a poco, algo que le frustraba pero así lo decidió él.

Se sentía mal por tener sentimientos por Geten, tan solo era un adolescente de 16 años y él tenía 22, pensaba que era un asco por ver al albino con otros ojos, él solo era el pequeño primo de Dabi, su amigo, se sentía moralmente mal por toda esa ola de pensamientos.

–¿Ya vas a salir Sako?– El mencionado vio a su compañera apagar su monitor

–Sí, solo debo terminar de modificar unas cosas– El castaño hizo cómo sí trabajara, quería irse después de Enji, pues le había estado diciendo que fuera a la casa

–¿Quisieras ir a tomar una copa conmigo?– Atsuhiro la miró sorprendido, la chica siempre lo invitaba pero él le daba negativas, pero que pronto se cansaría pero no

–Lo siento, no puedo ir– Él sabía que sería más fácil huir de Enji que de la chica, así que apagó su computadora y tomó su saco– Será otro día

–¿Ya te vas Atsuhiro?– El castaño quiso morirse ahí, nunca le salía nada bien– ¿No quieres ir a la casa? Touya te extraña, tiene muchas dudas de la carrera pero no me pregunta a mí, sería bueno que fueras para ver sí puedes ayudarlo

–Hoy no puedo, tengo que acabar de ver lo de mi departamento, lo siento

Antes de que cualquiera de los dos le dijera algo más, el castaño huyó del lugar, no esperó el elevador, solo bajó corriendo las escaleras hasta su auto. Sus padres le regalaron un departamento cuando se graduó para que comenzara a independizarse, no le iba mal, pues con todo lo que ahorró con las tutorías para Geten le ayudaba mucho.

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La Abuela quiere saber si podrás seguir ayudando a Geten– Atsuhiro rodó los ojos cuando escuchó a través de la línea hablar a Dabi

–No lo sé, el trabajo me tiene ocupado y no he podido organizarme, las jornadas son duras

Puedo decirle a papá que no sea tan duro... ya sabes cómo es La Abuela, no quiere que Geten esté perdiendo el tiempo, lo hubieras visto hoy, vinieron a tomarle medidas para hacerle una nueva yukata

–Me imagino que de color blanco– Atshuiro sonrió levemente

De hecho no, esta vez se atrevió más y será blanco con rayas azul claro– Ambos rieron

–Me tengo que ir Dabi, mi hora de comida terminó, llámame cualquier cosa

Atsuhiro sonrió, se alegraba saber que Geten seguía igual, desde el primer día que lo conoció siempre lo vio con yukatas de colores claros, no importaba que fuera, él siempre vestía con ellas; Dabi le dijo que la abuela decía que así Geten se veía más inocente y con clase, al fin y al cabo eran de las familias más prestigiosas de Japón y debían mantenerse así.

–¿Hoy tendrás tiempo para que salgamos por algo?– Preguntó su compañera con una sonrisa

–No lo sé Chitose, tengo que ver a una persona importante

–¿A tu novia? ¿Y tus hijos?– Atsuhiro negó rápidamente

–No tengo pareja y nunca tendré hijos, es otra persona... una Dictadora

–¿Te refieres a mi, Sako?– El castaño quiso desaparecer, frente a él estaba La Abuela, lo miraba cómo lo hacía con Geten cuando se equivocaba con las reglas de etiqueta

10 maneras para soportar a un engreído-  PressTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora