Capítulo 11. Viviendo el embarazo 3

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–Ya llegué –dijo mientras cerraba la puerta tras de sí

–Oh Akutagawa-kun –saludó el castaño– me alegro que por fin tienes copia de la llave –Dazai estaba tomando chocolate caliente mientras veía la tele recostado en el sillón y cubierto con una manta

Estas semanas Akutagawa estaba a su cuidado. En su sexto mes de embarazo estaban pasando por pleno diciembre, casi a punto de llegar al invierno. Dazai se veía limitado a estar en un ambiente cálido ya que el frío le afectaba funciones motrices por su embarazo.

–Siento que el frío me cala los huesos, ven acuéstate aquí conmigo

Dazai ya había pasado por la etapa depresiva de su embarazo, ahora estaba en la cariñosa y empalagosa, la cual -no sabe si por fortuna o por desgracia- le tocó vivirla a Akutagawa.

Hizo lo que le dijeron y se recostó a su lado. El castaño se abrazó a su cuerpo en busca de calor.

–No recuerdo que tu abrigo fuese tan calientito –se acurrucó en su pecho

Akutagawa no quería que notara cuán nervioso lo ponía con sus acciones. Él era muy consciente de que en todo esto solamente era un peón. Las probabilidades de que el hijo de Dazai fuera suyo también eran muy bajas, así que trató de no ilusionarse demasiado. Además conocía bien al que fue su mentor, era caprichoso muy a su manera, un día podía estar de empalagoso con él y al otro casi casi mandarlo al diablo. Aunque el pelinegro estaba enamorado, no pretendía revelar sus sentimientos si no iban a ser correspondidos.

–Dazai-san, esta tarde tiene un ultrasonido con Mori-san

–nnnngh –gruñó enojado– no quiero. Yosano-sensei es quien lleva todos mis análisis

–Pero ella salió a la región sur de Kanto y le encargó eso a mi jefe

Dazai volvió a gruñir.

–¿Es necesario ir?

–Con estos estudios podrá saber qué tipos de complicaciones puede tener su embarazo, además conocería el sexo del bebé

–No quiero. No me interesa conocer su sexo, basta conque nazca sano. Prefiero que sea sorpresa –se pegó más al cuerpo del menor– tu corazón late tan rápido. Es de algún modo reconfortante

Dazai se acercó peligrosamente hacia el rostro de Akutagawa a punto de besarlo. Pero el pelinegro lo rechazó.

–No lo haga. No haga esto más difícil para mí –se levantó del sillón– usted y yo sabemos que no tiene ningún interés romántico en mi persona –caminó hacia la cocina– en media hora iremos al consultorio

Dazai se sorprendió. Se lamentaba de su propia actitud, sabía que estaba dañando a muchas personas así. Todos se vieron en la obligación de cuidarlo y atenderlo, algunos ni siquiera tienen la madurez suficiente para enfrentar la situación. Estaba siendo muy egoísta al creer que todo se haría como él quisiera. Ahora añadía a Akutagawa a la ecuación: ¿serían capaces de vivir juntos y mantener esa clase de cercanía sólo por un hijo? Hoy sintió el rechazo directo del menor, y agradecía que lo hiciera pues no había pensado con claridad las cosas; sólo se emocionó de más.

Llegaron al consultorio en un auto de la mafia. Ambos estaban distanciados.

Mori los recibió y comenzó a atender a Dazai. El procedimiento era similar al que elaboraba la doctora en la agencia.

–¿Es la primera vez que asistes a un ultrasonido? –Mori le preguntó a su subordinado

–Sí –estaba expectante– no entiendo nada

–Yo nunca he entendido –dijo Dazai

–mmm Miren, esa mancha negra como esponjosa es el feto –trataba de enfocar más la imagen– se ve en buena posición, pero aún no es momento de decidir cómo será tu parto –tomó unos audífonos y se los dio a Akutagawa –escucha

Domingo 7 (Dazai x ?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora