Mi primer recuerdo de ella era amenizado por una tormentosa lluvia que cubría cada rincón de la ciudad. Mi presencia apenas suponía un obstáculo para las gotas que caían con violencia. Las luces que se perdían entre las gotas apenas lograban alcanzar mi rostro, que ajeno a cualquier reflejo, podía entender que mi aspecto podría ser poco menos que humano. Por suerte, durante esta hora del día cualquier presencia humana, casi un mito. Solo era mi silueta y un pequeño paraguas negro que con trabajo lograba amurallar mi cuerpo. Los truenos se dibujaban como venas en el cielo, como si un cuerpo celeste reposará en los cielos y los rayos bombearán la sangre que lo mantenía con vida. Mientras más permanencia bajo la lluvia, un sentimiento tomaba más y más fuerza hasta que finalmente opte por darle las riendas de mis acciones. Solté el paraguas y me adentré en la corriente de lluvia, mi cuerpo era cubierto por el agua haciéndome uno con el ambiente. Giraba en mi propio eje con los brazos extendidos al ritmo de una balada sin ritmo. Mis movimientos fluían con naturalidad.
A la distancia, mientras giraba otra silueta, acompaño mis movimientos. Sus movimientos eran aún más torpes que los míos. Era una mujer, una mujer de tez blanca y cabello rubio que se oscurecía con el tacto del agua. Su sonrisa era un destello, en la oscuridad que me envolvía en ese momento. El problema era que el momento se borraba con la lluvia, pero la oscuridad ahí seguía.
Al cabo de un momento, después de la euforia de la escena. Ambos nos sentamos en un pequeño desnivel en donde la lluvia no había tocado nada en lo absoluto. Su cuerpo parecía débil y su ropa se desvanecía con su cuerpo. No me pregunto por qué danzaba ahí y yo no pregunte por qué trato de seguirme el paso. No compartimos mucho durante esa noche, solo una sola pregunta por parte de ella.
《¿Alguna vez has visto un árbol al cual nunca le brotan hojas y sus ramas se extienden hasta al cielo? 》
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Entre Árboles y Arbustos
Short StoryCada día entro en el mismo sueño. Un sueño confuso y solitario, en donde mi presencia solo era acompañada por un túnel cuyos muros amenazan con derrumbarse en cualquier momento...