6. A una llamada

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Los siguientes días Rubén no se despegaba de su preciado teléfono, lo tenía durante las juntas, durante los descansos, durante las noches, al despertar, al comer o al ir al baño. Incluso está pendiente de él cuando visita a Alexis.

— Estás obsesionado — le dijo Willy, la única persona que sabía el porqué de su actuar. — pero no te va a llamar Rub, lo asustaste.

— Ya lo sé — bufa el alfa — pero podría hacerlo, tal vez... solo necesita pensarlo, tal vez no lo asuste del todo.

Willy levanta una ceja y luego niega — sigue en tu fantasía el tiempo que quieras pero deja de aplazar mis juntas, necesito que veas los avances de la nueva línea ahora ¿si entiendes eso?

— No puedes dejarme tranquilo ni dos segundos ¿no es así? — el albino niega con una sonrisa lo que provoca que Rubén bufe.

— Bien, prepara todo. Que sea en veinte minutos y que no dure más de una hora — Willy hace un saludo militar y se voltea para irse.

Rubén lo detiene a medio andar — ¿es mucho pedir que Samuel no esté ahí?

— Es el modelo principal, así que si — se acerca nuevamente al escritorio — ¿qué hizo esta vez?

— No es por lo que él haga, es por lo grosero que soy yo. — sus ojos verdes se centran en los de su amigo.

— Es tan fácil como aceptar sus regalos

Él entrecierra los ojos — sabes que no puedo hacer eso.

— Pero si puedes buscar a su hermano — Rubén abre la boca para decir algo pero no sabe el que, Willy retrocede cuando nota su ceño fruncido. — Solo digo que a Alexis no le molestaría que buscaras tu felicidad.

— Mi felicidad murió el día que él lo hizo.

El albino suspira sin saber que decir exactamente así que elige cambiar de tema — ve a la sala de reuniones en quince minutos, te veré ahí.

Rubén ignora que su amigo sale pues se queda sumido en su tristeza una vez más con la diferencia de que esta vez es imposible que vaya al lugar que le da paz.

Al entrar a la sala de reuniones, todos se ponen de pie. Es una costumbre que lo hace enfadar siempre pues lo devuelve a la primaria. — Que sea rápido — habla con firmeza y toma asiento en la silla que le corresponde.

Willy es quien guía la presentación, se le presentan datos estadísticos y de ventas así como los diseños de ropa y los modelos que la desfilarán.

Es cuando están por mostrar el diseño principal de la línea que lleva Samuel, que su teléfono suena. Cuando mira el nombre de Alex en la pantalla lo único que puede hacer es voltear a ver a Willy con sorpresa.

Se pone de pie y sin decir palabra sale de la sala.
— Que gran momento escogiste, Alex— susurra Willy — muy bien, la reunión terminó, continuaremos mañana temprano. Por favor corrijan los detalles que les enviaré. Gracias a todos por su arduo trabajo.

Afuera, Rubén camina hasta su oficina antes de inhalar profundamente y responder — Hola Alex ¿cómo estás?

— Hola Rubén ¿estás ocupado?

— No en realidad, voy saliendo de una junta así que ahora estoy libre ¿necesitas algo?

— Si en realidad, no quisiera tener que molestarte pero me caí mientras salía de mi departamento y estoy algo asustado — solo entonces nota el temblor en su voz — crees que puedas venir por mi? Caminaría hasta el hospital pero creo que me esguince el pie.

— Mejor no te muevas — le dice rápidamente, mientras el toma su gabardina para sacar las llaves de su auto — no estoy lejos pero prefiero que te quedes al teléfono, ¿está bien?

TrouvailleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora