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Júpiter
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Hoy en Dublín hace un frio espantoso.
Y aun así me coloco mi vestido rojo dentro de mi habitación, es de un solo tirante ancho, es corto pero no tengo mucha variedad y tengo que ir linda a tocar el piano, me pongo mis zapatillas de tacón de 9cm, me arreglo un poco y salgo a la calle poniéndome el abrigo color crema encima, para cubrirme un poco del frio de la ciudad.
Salgo de la casa y tomo calle abajo pasando por todas las lindas casitas coloridas. Son todas unidas, hermosas, de dos pisos y con una pequeña escalera en la entrada. Su techo termina en pico, es como una escena de dibujo.
Es muy lindo mi vecindario, aquí todos nos conocemos y todos conversamos cunado nos topamos en la tienda, o cuando salimos a barrer las hojas de los árboles de las banquetas. Todas las personas son amables. Realmente no puedo evitar ser feliz aquí.
Camino hasta el edificio y no puedo evitar pensar en lo que hice en el último piso. Fue increíble, un poco doloroso pero soportable, un dolor tan deliciosamente salvaje que me estaba destrozando, pero al mismo tiempo me hacía sentir tan... especial. Y lo que hicimos sin duda lo repetiría... pero no... tengo que controlarme.
¡No!, Júpiter ¿qué te pasa?, claro que no. Tengo que pensar con claridad.
Pero es que ese dolor tan salvaje y suave, no puedo evitar sentirlo. No puedo evitar recordarlo, sus besos posesivos y dulces a la vez. No podía olvidarlo aunque quisiera. ¿A quién intento engañar?. Necesito sentirlo de nuevo... ese dolor, mis mejillas encendidas, esa sensación de placer en mi cuerpo por su deseo.
No puedo mentirme a mí misma, lo deseo de nuevo... necesito sentirlo.
¡Por Dios! Contrólate.
Él fue muy claro contigo, no la va a dejar para estar contigo, no seas tonta. Tenía razón, fue lo mejor, aunque me sigue atrayendo Lucián, no puedo seguir viéndolo, no puedo entregarme otra vez.
Si, lo mejor es sufrir en silencio, dos rupturas en poco tiempo. Soy una tonta, pero no puedo evitar sentir lo que ciento. Oscar tenía razón, aunque no puedo culpar a Lucián, el deseaba lo mismo que yo. Ambos, ambos nos deseábamos. Tengo que evitar a Lucián aunque me resulte bastante difícil.
Después de llegar a casa y darme un baño esa noche, me marco Oscar y volví a hablar con él, estaba bastante molesto, pero le deje en claro que lo nuestro había terminado definitivamente. No puedo seguir con ambos, eso es un error.
Yo no soy como Lucián, yo no puedo entregarme a él mientras sigo viendo a Oscar, eso no va conmigo.
Llore, claro que llore, fueron 8 meses de noviazgo, él fue mi primera vez en muchas cosas y separarme de él claro que fue un cambio para los dos, cambio que me afecto en general, pero estoy segura que es lo mejor, no puedo seguir con el sabiendo que mi corazón quiere y desea a alguien más.
Que dicho sea de paso, no siente lo mismo por mí, su novia debe amarlo bastante para que él la tenga de novia y aun así se acueste con otras mujeres, como para permitir que vea a alguien más sin que la deje a ella, pero Lucián no estoy muy segura que sepa querer.
En muy pocas ocasiones me ha mostrado su lado humano, es un chico grosero, altanero, egoísta, es tan frio y tan brusco pero que bien me siento en sus brazos, son tan cálidos y reconfortantes, podría vivir en sus brazos toda la vida, y seria completamente feliz por eso.
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Corazones Rotos
RandomQuien diría, que abecés el amor llega a nosotras desde el mismo infierno para acerté arder en él, y quien diría, que abecés somos tan masoquistas, que lo único que queremos es vernos envueltas en esas llamas con los brazos de un demonio acunándonos...