27 - Dame una oportunidad más para meter la pata

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Despertar en el Cielo fue suave. La pura luminosidad de la Ciudad Plateada se mostraba a través de los párpados cerrados, un ardor agradable como dormitar en la hierba al mediodía. El sueño era tan ligero como estar despierto, un latido constante de algo que iba más allá del mero amor. Paz, tal vez, aunque Lucifer nunca la había visto como tal. En el Cielo, rara vez había sueños, esa misma luz ahuyentaba las imágenes subconscientes mientras se deslizaba entre los dos estados, siempre descansado.

Despertar en el Infierno era brutal. Había poca luz, pero la oscuridad, fría y malévola, no era ni mucho menos reconfortante. El deslizamiento de la vigilia al sueño era un fangal sombrío, el aire mismo vibraba de tensión. Y de sueños, no había ninguno. Todo en el Infierno se convertía invariablemente en una pesadilla, los colores de tiempos más inocentes corrían como acuarelas para mezclarse en un turbio charco de desesperación y dolor. Era estar despierto aunque estuvieras dormido, carcomiendo e induciendo una fatiga extrema hasta que la mente cedía a la idea de que ni ella ni el cuerpo volverían a sentirse en paz.

Despertar en la Tierra era una ruleta rusa. Al igual que el propio paisaje, había pocas constantes, y el sueño menos que ninguna. Lucifer había dado vueltas y vueltas durante toda una noche en su costosa cama y se había quedado dormido fácilmente en los sofás cama. Había una extraña sensación de libertad que acompañaba a la experiencia, la aleatoriedad de las noches buenas y malas. Y la mayoría de las mañanas -o tardes, como ocurría a veces- despertarse era un proceso tranquilo.

Pero no recordaba ningún momento en que fuera tan placentero.

La almohada que tenía bajo la cabeza estaba en un ángulo verdaderamente espantoso, y los cojines sobre los que estaba tumbado, desgastados. Estaba casi completamente vestido, con el sudor pegajoso en la piel a pesar del zumbido del aparato de aire acondicionado en alguna parte. Sin embargo, ninguno de esos detalles le importaba. No cuando estaba acurrucado detrás de Chloe, con el brazo alrededor de su estómago para mantenerla cerca. Su pelo le hacía cosquillas en la nariz, su cuello se pegaba a su mejilla mientras él se acurrucaba contra ella.

Se había despertado mil millones de veces, pero ninguna mañana había sido tan divina. No se atrevió a abrir los ojos, negándose a reconocer que el tiempo pasaba y que aquel momento terminaría.

En lugar de eso, se concentró en las sensaciones de tener otro cuerpo cálido tan cerca, en cómo el calor de la espalda de Chloe se mezclaba con el suyo, creando su propia bolsa de calor. Una de las piernas de ella estaba echada hacia atrás, apoyada sobre las espinillas de él. En algún momento habían acumulado una manta. El peso se asentó sobre los dos, suave contra el cuello de él. Pero no tan suave como ella.

Nunca había abrazado a nadie así en su incuantificable vida, nunca se había dormido voluntariamente enredado con otra persona, a menos que fuera al final de una noche llena de lujuria. Abrazar, para él, siempre había sido un acto de desesperación, que debía reservarse para aquellos días en los que sentía que, a menos que alguien lo mantuviera físicamente unido, se rompería miembro a miembro y se haría añicos. Pero Chloe no iba a hacerse añicos. Su respiración uniforme, sus lentos latidos, todo en ella, hasta el ocasional ronquido silbante, hablaban de una profunda satisfacción.

No se estaban rompiendo, se estaban construyendo.

Suspirando profundamente, con el pecho dilatándose hasta casi dolerle, se hundió más en Chloe, dejando que sus pensamientos cambiaran y fluyeran sin un patrón mensurable. Y el sueño lo saludó una vez más.

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Bang. Bang. Bang.

El estruendoso sonido taladró directamente uno de los oídos de Lucifer y salió por el otro, dejando que todo lo que había entre ambos temblara como gelatina. Se quejó gimiendo, sin que ni siquiera su silenciado oído pudiera protegerle del estruendo, mientras se despertaba como si alguien le hubiera agarrado por la nuca y sacudido enérgicamente.

Lucifer - Cristales ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora