Tener un complejo de personaje secundario mientras estás enamorado del interés romántico definitivo es todo menos fácil.
Especialmente para Choi Soobin, que lidia con su madre en negación respecto a su identidad, un grupo de amigos que no ayudan muc...
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Los planes de Soobin siempre suelen ser aburridos. Sábado a la tarde y con casa sola, algunos pensarían en quedar con amigos, pero él apreciaba su integridad y no se arriesgaba a dejar que Beomgyu entrara a su casa desde el día en el que casi incendia la cocina.
Su mamá no estuvo muy contenta al ver una de sus ollas favoritas arruinada, por lo que Beomgyu se ganó una mala reputación con sus padres.
Taehyun es más tranquilo, pero tampoco disfruta de salir mucho los fines de semana. Y Kai, su nuevo amigo, solía ocuparse con reuniones familiares los sábados.
Ya empieza a oscurecer cuando Soobin piensa en lo ansioso que se sentía esperando por su pedido a domicilio. Las gruesas gotas chocando contra su ventana no ayudan mucho al panorama, haciendo que Soobin empiece a crear escenarios en su cabeza en los que pasan mil y un desgracias.
El timbre suena, y Soobin se apresura por atender la puerta. Se lleva una sorpresa al ver que no era quien esperaba.
Yeonjun está mojado de pies a cabeza, su pelo brillante por el agua y un empapado ramo de flores entre sus manos. Se nota ansioso, jugueteando con el rosado lazo decorativo de este y mordiendo su labio inferior, algo que Soobin siempre sabía reconocer. No sabía si los rastros de lágrimas eran un invento suyo en su cabeza o verdaderamente había estado llorando. Su rojiza nariz definitivamente no era imaginación suya. Parece un pequeño gato abandonado en la lluvia.
—… ¿Binnie?
El shock inicial se le sale del cuerpo cuando escucha su suave voz, baja y casi quebrándose.
Una fugaz luz en el oscuro cielo nocturno y un tronar que le siguió casi instantáneamente hace que Soobin lo haga pasar sin detenerse en pensar mucho más. Sus esfuerzos por evitarlo se van a la basura en esos momentos.
