—¿Esperas alguna llamada?—pregunto Hyunjin al ver que Jisung no dejaba de ver su celular.
—Minho no me ha escrito en dos días—murmuro lanzando su celular lejos de él.
—Mhh—Hyunjin hizo un pequeño sonido restandole importancia—¿Algún día se lo dirás—soltó segundos después—¿Dejaremos de escondernos?—cuestiono con cierta molestia en su voz.
—Hyunjin ya te dije que necesito tiempo—respondió Jisung con un toque de molestia en su voz—¿Cómo carajos quieres que le diga asi de repente que estado cogiendo con su amigo?—solto viendo como Hyunjin se ponía de pie para tomar sus cosas—¿Qué haces?—inquirio siguiendo los movimientos del mayor—Hyunjin—lo llamo pero el mayor lo igonoro vistiendose por completo.
—Se acabo Jisung—murmuro—Oh espera, ¿cómo termina algo que al parecer nunca empezo?—solto irónico dispuesto abandonar la casa del menor.
—Hyunjin espera, ¿de qué hablas?—lo miro con cierta desesperación en su mirada.
—¡Que estoy harto, joder!—elevo su voz mientras sus ojos se cristalizaban—¿Crees que me agrada ser el otro? He sido el otro durante tres años Jisung—lo miro con tristeza—¡Tres málditos años!—dijo mientras su labio inferior comenzaba a temblar—Fui un idiota al aceptar mis sentimientos y perder a las dos personas que más amaba en el mundo—nego limpiando sus lágrimas.
—Hyunjin yo te quiero pero es complicado—murmuro Jisung—Pero...—no terminó de hablar por que Hyunjin lo interrumpió.
—Esa es la diferencia, tu me quieres pero siento que te amo—murmuro derrotado—No me busques de nuevo, yo también merezco ser feliz—dijo saliendo del apartamento del menor quién miraba la puerta con lágrimas en sus ojos.
No sabía en que momento Hyunjin se había metido hasta en sus huesos, que el simple hecho de pensar que no lo vería más le destrozaba el corazón.
¿Realmente se había enamorado de Hyunjin?
Claro que si, siempre estuvo enamorado de él pero cuando Minho se declaro no pudo decirle que no, no a la persona más codiciada en sus días de escuela.
Minho lo tenía todo y Hyunjin era visto como nada a lado de él.
Se dejo llevar por los prejucios, y dejo ir quizás lo que seria su verdadera felicidad.
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—Creo que es todo—dijo Seungmin mirando la pequeña barra de la cocina—Pasame un bol para mezclar las cosas—le pidió al mayor quién comenzo a buscar entre los trastes.
—¿Seguro no moriremos comiendo tus brownies?—pregunto y el castaño rodo sus ojos.
—Que no, ya te dije que se lo que hago—respondió el menor mientras comenzaba a vertir harina en el recipiemte que recién Minho le había pasado.
Minho veía como Seungmin estaba concentrado haciendo aquello y se le cruzo de pronto una idea por la cabeza.
Sonrió ante aquello mientras se acercaba al menor.