Familia. | [Jasper Hale y Emmett Cullen]

02

Encuentros

Diana sostiene su bandeja llena de comida mientras se aleja de la fila. Tiene que buscar una mesa vacía. Localiza una en la esquina, intentando ignorar lo patético que se verá comiendo aislada del resto. Pero nadie le ha dado más de un par de miradas. La chica nueva está sentada con un grupito, todos hablando animadamente aunque Bella parece incómoda con tanta atención.

Bueno, no llueve a gustos de todos, se dice a sí misma mientras camina hacia la mesa vacía.

-¡Diana! –su nombre le hace alzar la vista. Alice Cullen la saluda desde una mesa, su pequeño brazo agitándose en el aire. -¡Ven, te he guardado un sitio!

Parece que eso atrae la atención de todos los del comedor. Siente sus miradas mientras camina hacia la mesa de los Cullen.

-¿Los Cullen siendo sociables? Eso es nuevo. –escucha murmurar a una chica cuando pasa por la mesa donde Bella está sentada.

-No seas así, Jess. –la regaña otra chica, con gafas y rostro amable adornado con unas gafas.

Pero Diana no les presta atención porque ha llegado a su destino. Alice palmea con una sonrisa la silla vacía a su lado. Justo entre ella y Jasper.

-Hola. –saluda, forzando a sus labios a alzarse aunque siente cierta inquietud. Conoce a Alice y Jasper pero no tiene ni idea de quiénes son los otros dos que la observan con curiosidad.

Sus ojos se cruzan con los del tipo más grande. A Diana le recuerda a una montaña. Puro músculo con rizos cortos que de repente la miran con la boca abierta, sin ningún pudor.

Y ella vuelve a sentir su corazón desbocado. Como si esa mirada tuviera un efecto físico en su cuerpo. Antes de que pueda salir corriendo, la calma vuelve a ella. Una oleada fresca que le permite sentarse, se ha quedado congelada en el movimiento y ni siquiera lo ha notado.

-Éste es Emmett. Y él es Edward. Mis otros dos hermanos. –explica Alice con cierto tono divertido que Diana no percibe porque sus ojos siguen fijos en el grandullón. –Chicos, esta es Diana.

De repente el rostro de Emmett se transforma, del estupor a la pura alegría. La sonrisa que le da a Diana podría competir en cualquier anuncio de pasta de dientes y su tamaño ya no parece amenazante.

-¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste? –la pregunta de Emmett le hace alzar ambas cejas con sorpresa.

-Por dios...-escucha murmurar a Jasper y casi puede sentirlo poner los ojos en blanco.

Eso le hace soltar una carcajada. No recuerda la última vez que eso pasó y se siente extraña pero bien, natural.

-Estudiar, supongo. –responde. Y su mirada se dirige al otro hermano, pero éste parece mirar por encima de su hombro con el ceño fruncido así que prefiere volver a mirar a Emmett. -¿Y un chico como tú?