c u a t r o;

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Cuando el día de mañana llega, Luzu y él se reúnen en una parte del bosque, un lugar apartado era lo que buscaba el castaño, así que eso hicieron. Lejos de la vista de todos, Luzu comenzó construyendo una especie de cuarto de bronce donde Auron sería encerrado para que los efectos del frasco no afectarán a nadie más.

Entonces solo fue cuestión de esperar unos minutos, en los que Auron se sintió extraño, pero los efectos no producieron dolor como pensaba. Al final solo fue un frasco que quitaba su maldición, sin embargo, quedaron vestigios de esta. En su cabello castaño, quedo un mechon amarillo que asemejaba a un flequillo provocador. Era una nueva apariencia.

—¡Mi rostro! ¡Mi cabello! Luzu, me has regresado mi apariencia, muchas gracias — dijo al final Auron, viéndose a través del reflejo de un río — Ostia que soy más guapo 

—Si bueno, quien sabe que dirá Vegetta a tu nuevo flequillo de color. Tal Vez y no le gustas— bromeo un poco, aunque bien sabía que a lo mucho, Vegetta solo se enoje porque a él le gustaba la apariencia de miel de Auron

Y con eso los dos se despidieron y fueron a hacer distintas cosas. El ex juez se fue a continuar la construcción de su casa, con un sentimientos tal vez un poco amargo, pues aunque bien sabe que Luzu bromeó, no le gustaba la idea de que su novio lo dejara.



En el camino de regreso, dos chicos vestidos con túnicas negras y máscara encontraron a Auron, caminado tranquilo en dirección a la mansión de Vegetta, lo cual era perfecto para el plan que habían decidido en ese momento.

Habían puesto trampas que activaban bombas, prepararon el lugar y todo el escenario con antelación para así poder inculpar al chico.

Entonces, cuando Auron había pisado apenas un bloque para abrir la preciosa puerta principal, lo que sintió fue un pequeño movimiento bajo su pie y a continuación una explosión que lo empujó lejos.

Vegetta que había regresado de hacer su trabajo, apenas se había sentado, cuando escuchó el estruendo. 

Así que saliendo lo más deprisa posible y un poco furioso porque no se le permite un descansó, lo primero que ve es a Auron tratando de incorporarse del suelo.

—¡Auron! ¡Mi puerta!

—¿Que ha sido ese ruido?— preguntó una voz acercándose. Era la voz de Rubius, quien sin embargo, ya se encontraba cerca y solo se quitó su disfraz para aparentar que venía de otro lado.

—¡No he sido yo! ¡Joder! ¡Apenas pise y me explotó en toda la cara!— replicó, igualmente exaltado, aún no se le iba el susto.

—Poniendo excusas otra vez, nosotros lo vimos— dijo Willy, saliendo junto a Rubius, con gesto obviamente molesto.

—No he puesto minas en dos semanas, ¡Me he comportado por dos semanas!— se defendió el castaño, quien continuaba en el suelo.

—Si claro, quieres quedar bien otra vez, solo porque es tu pareja— dijo de nuevo Guillermo, con ojos fríos.

Vegetta avanzó hacia Auron y se puso de frente, bloqueando con su sombra dando la ilusión de qué él parecía muy enojado.

—¿Vegetta?

—Está bien, te creo— extendió su mano para ayudarlo a ponerse de pie.

—Y ustedes, se que esas fueron sus trampas

—¿Cómo puedes creerle,Veg? ¡Él las activo!— grito el oso pardo, temiendo que fueran descubiertos tan pronto.

—Pero yo las vi antes puestas. Conozco a Auron, cuando se trata de mi puerta él la explota en el momento,no espera que alguien más lo active— admite con confianza.

②】Aquellos dias al despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora