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--¿Dónde lo pongo? - el beta preguntó sosteniendo la gran y pesada canasta.

-Sobre la mesa por favor.

El beta asintió y dejó la canasta sobre la pequeña mesa del café.

Agradeció al beta y lo acompañó a la salida de la casa. Regresó y tomó el gran arreglo y el mismo lo llevó hasta el chalet. No podía negar que los claveles y los tulipanes rosas se veían hermosos.

Un regalo perfecto para un omega como Seokjin.

Su curiosidad fue demasiado grande, así que tomó el pequeño sobre y lo abrió.

Para el omega bonito...

Byun

No sabía de qué se trataba, ni quien era el que enviaba las flores, pero algo en su instinto le decía que debía preocuparse y estar atento.

Guardo la pequeña tarjeta en el sobre y la regresó a su lugar. Cuando Seokjin volviera, si es que el omega deseaba volver, encontraría el regalo tal y como lo dejaron. Según las propias palabras de Seokjin sólo pasaría una semana en casa de su amigo. Pero ya había pasado ese tiempo.

En un intento de disculparse con él había decidido darle una sorpresa. Sabía que al omega le encantaba festejar la navidad al modo occidental así que adquirió un gran árbol de navidad que apenas cabía en la casa, cientos de luces y varios regalos.

Pero el omega no regresó.

La víspera de navidad y navidad las había pasado totalmente solo sentado en la pequeña sala mientras observaba las luces brillar.

Patético; jodidamente patético.

Dos días después todo seguía igual.

Excepto él.

Horas más tarde Seokjin regresó a casa, pero no venía solo. Un fuerte rastro del olor a cedro y vino lo acompañaba.

Alfa.

Seokjin olía a alfa.

Un alfa que no era el.

El olor era tan fuerte y espeso que parecía que Seokjin había sido impregnado en totalidad.

Su respiración se hizo pesada y una fuerte ola de enojo lo invadió. Seokjin había sido cuidado, atendido y aliviado por un alfa que no era él. La imagen de Seokjin llorando sobre el regazo de un alfa desconocido mientras pedía que aliviará su dolor llegó a su cabeza con tanta fuerza que le provocó fuertes punzadas.

Maldito cobarde. Todo era culpa suya por ser un cobarde de mierda.

Siguió el rastro que el omega fue dejando a su paso hasta que se topó con la puerta del baño compartido. Estiró su mano para tomar el pomo de la puerta pero antes de girarlo negó. Él no era ese tipo de imbécil.

Salió de la habitación y tomó asiento en la sala mientras esperaba al omega. Minutos después Seokjin bajó a sala tratando de asesinar al pobre alfa.

Una gran sudadera rosa era todo lo que cubría su cuerpo. Como si de una broma se tratara se agachó a encender el pequeño calentador, causando que la sudadera subiera lo suficiente como para dejar ver perfectamente su redondo y bello trasero solamente cubierto por un fino boxer de encaje azul.

La sangre en su cuerpo se extendió a los lugares menos adecuados.

-Siento mucho lo del otro día, no era mi intención decirte todas esas cosas.

El omega lo miró de reojo y asintió mientras se ponía de pie.

-No hay problema, entiendo perfectamente.

☀️𝒮𝓊𝓃𝓈𝒽𝒾𝓃𝑒 𝒜𝓃𝒹 𝑀𝒾𝒹𝓃𝒾𝑔𝒽𝓉 𝑅𝒶𝒾𝓃 🌧️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora