Shots (+18) UCHIHAS 🔞

Mis ojos en ti 🔞

MADASAKU

🔞Contenido adulto, lenguaje vulgar y explícito. Personajes mayores de edad.

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Sakura le sirvió un whisky doble y sonrió para sí misma ante esa oscura e intimidante mirada, luego regresó al escenario porque era su momento. De nuevo tenía que dar lo mejor de sí misma, no era un trabajo de su agrado, pero las facturas se acumulaban y alguien tenía que pagarlas.

Las luces se apagaron y solamente un foco se centró en ella, la pelirrosa se despojó de su uniforme y se quedó solamente con un sugerente crop top negro casi transparente y un pequeño tanga a juego. Los silbidos de los ahí presentes no se hicieron esperar, parecían lobos en manada a la espera de lanzarse contra su presa, y Sakura, sin poder evitarlo, levantó la vista buscándolo a él, al hombre al que acababa de servirle un whisky doble, a Madara...

A pesar de la poca luz, Sakura pudo vislumbralo, el tipo no dejaba de observarla a la vez que daba pequeños sorbos a su bebida, algo en el estómago de la pelirrosa se estrujó y empezó a moverse cuando la música se puso en marcha. Esa noche no era como las otras, sus movimientos se acentuaron en la barra de pole dance dándolo todo, mientras que de vez en cuando dirigía su mirada al apuesto hombre de ojos oscuros. Sakura cada vez estaba más cachonda, más caliente y ansiosa, ese tío estaba demasiado bueno...

El resto del público no existía para ella, era como si solamente estuviera él. De pronto, Sakura enroscó las piernas en la barra y su empapado sexo rozó el frío metal, algo que agradeció para paliar un poco el sofocante calor que empezaba a emanar de su coño, sus caderas se movieron de forma insinuante y provocativa, los tenía a todos locos, a todos menos a Madara, el cual seguía observándola sin soltar una sola palabra ni mostrar algun signo de complacencia. Sakura se apoyó en la barra de pole dance y su espalda se deslizó por ella hasta tocar el suelo, para seguidamente abrir las piernas y provocar un alarido de hombres sedientos de sexo, pero el apuesto morenazo no decía nada, tan solo tenía sus ojos puestos en ella.

La música terminó y Sakura se sintió abochornada, jamás en su vida había bailado de ese modo, las luces se encendieron y enseguida lo buscó con la mirada, pero Madara ya no estaba. Sakura llegó a pensar que su actuación no le habría gustado, tal vez le pareció demasiado vulgar, pero regresó a la realidad y le agradeció a los espectadores, recogió su ropa del suelo y se dirigió al camerino para darse una ducha bien fría, pero antes de llegar al destino, su jefe le comentó que un cliente había solicitado un servicio especial, algo que le extrañó porque hacía tiempo que eso no sucedía, pero era dinero extra que le vendría muy bien para los gastos de la casa.

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Sakura se duchó deprisa y se puso un atuendo muy sugerente, accedió a una habitación privada y se quedó sin aire en los pulmones al ver quien era el susodicho que había solicitado sus servicios, el tipo al que le servió el whisky y que la había puesto tan jodidamente cachonda.

—B... buenas noches —la pelirrosa balbuceó casi en trance.

—¡No hables, tan solo baila para mí! —Madara exigió tumbado desde la cama con la espalda contra el cabezal.

El Uchiha estaba solamente en bóxer, tenía un cuerpo de infarto, muy musculado y un tatuaje de un dragón japonés en el costado derecho de su torso. Sakura mojó el tanga recién estrenado al imaginar la de cosas obscenas y sucias que podría hacerle aquel hombre, tan solo deseaba sentarte encima de esa polla y gozarlo al máximo.

—¿No me has oído? ¡Baila! —la demandante orden del moreno la devolvió a la realidad y Sakura encendió el equipo de música.

Estaba realmente nerviosa, pero tenía que hacerlo bien, no podía fallar, y menos cuando el baile solo era para él. Levantó los brazos despacio a la vez que se acarició su larga y rosada melena con sutileza, sus caderas se movieron sensuales y lo miró fijamente a los ojos.