"Kurai-san aún no regresa, ¿crees que esté bien?" susurró Gojo en el oído de su mejor amigo. Un día entero había pasado y nadie sabía nada de tí. La incertidumbre comenzaba a preocupar a tus amigos, Shoko, Utahime, Gojo...e incluso Geto. Quizá no había sido la persona más amistosa, pero sentía un poco de incomodidad al pensar que algo malo te pudo haber pasado, especialmente en aquella área cubierta de árboles y rodeada de oscuridad.
Las clases seguían con naturalidad, Yaga-sensei mirando la ventana constantemente, en busca de tu presencia. Gojo hacía lo mismo, pero él simplemente no despegaba aquellos ojos cubiertos por micas oscuras en ningún momento, ni aunque Geto o Shoko le hablaran. Y aún así, cuando menos se lo esperó, las puertas del salón se deslizaron de forma lateral. En cuanto pisaste el salón, Geto sintió una incómoda presencia. Sintió poder. Fuerza. Su mirada se fijó en tí, la mirada de todos.
"_________..." suspiró Gojo con gran alivio, en tono bajo, hablando para sí mismo. Finalmente su cuerpo se relajó. Te miró de pies a cabeza, notando pequeños rasguños, golpes, nada del otro mundo. Sonrió de lado, admirando tu fortaleza.
Caminaste lentamente, sin energía hacia el escritorio de Yaga-sensei, y posicionaste la caja con el dedo justo frente a él. La energía que emanaba se sentía en todo el salón, hasta los dos más poderosos no pudieron evitar tragar saliva pensando en qué se convertiría la criatura que renacería con 20 dedos. Sin decir palabra alguna, te incorporaste en el salón de clases, sentándote junto a Shoko. Yaga te miró incrédulo. Una pequeña sonrisa orgullosa pintando su rostro.
"Gracias, Kura-san. Sigamos con la lección."
(...)
"¿Qué pasó allá afuera?" interrogaba Shoko, mirando tu expresión serena con curiosidad.
"¡Siiii! Queremos detalles." Gruñó Utahime, acercándose más a tí en el asiento de aquellas viejas gradas. Reíste suavemente, mirándolas.
"No fue la gran cosa." Dijiste, con honestidad. La misión como tal fue sencilla, encontrar dedo, recuperar dedo, ir a casa. Nada del otro mundo. Había sido aquel encuentro el que había volteado tu mundo de cabeza, el que te hizo regresar a la escuela con verguenza, sintiéndote lo que habías crecido pensando que eras; un monstruo. No podías contarle a las chicas, no querías.
"¡Ya quisiera decir eso de mis misiones!" dijo Utahime sonriendo, echándose para atrás. "Eres increíble, Kurai-san. Lo sabes, ¿no?"
Sonreíste, sintiéndote de todo menos increíble.
(...)
Las chicas habían retomado sus pendientes y tú habías terminado con los tuyos. Ya no tenías más responsabilidades, eras libre de ir a tu habitación y dormir toda la tarde si eso es lo que querías. Caminaste torpemente por la escuela, intentando distraerte. Te sentaste frente a uno de los estanques que decoraban la escuela, observando con tranquilidad los peces que nadaban ahí, dando vueltas, rodeándose entre ellos. Envolviste tus piernas entre tus brazos, abrazándolas, pasaste la mano por aquella pequeña herida que había quedado en tu pierna izquierda. Suspiraste.
"¿Pan comido?" una voz detrás tuyo te sorprendió, provocando que pegues un pequeño brinco. Suspiraste al ver quien era, tu estado de tranquilidad volviendo a tí.
"Algo así..." dijiste en voz baja. "Oh, por cierto. Toma." Metiste la mano a tu bolsillo y sacaste aquel pequeño estuche que contenían sus lentes perfectamente cuidados. Gojo sonrió, la tomó con delicadeza y se los colocó. Se sentó junto a tí frente a aquel estanque.
"Shoko me dijo que puedes ver a través de ellos." Dijo él, moviendo el agua con su dedo índice.
"Sí...se veían sorprendidas." Dijiste recordando sus reacciones.
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endless love (gojo satoru x lectora)
Fanfiction"El amor es la maldición más grande." "¿Realmente piensas eso? "Es lo que todo el mundo me ha obligado a pensar."