cinco.

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"¿Crees que siga molesta?" preguntó el albino a su mejor amigo, ambos sentados en una esquina de la cafetería mirándote, acompañada de tu grupo de amigas. Gojo embarró su pálida mano sobre su rostro, negando con la cabeza, suspirando. "Haca días no me habla." 

"¿Por qué estaría molesta?" preguntó Geto sin mucho interés, intentando calmar al joven hechicero. "Sus heridas curaron, ella está bien. Hoy tendrá su primera misión solo, ¿te enteraste?" 

Gojo alzó la mirada, fijándola en aquellos ojos negros en los que depositaba toda su confianza. 

"Intentaré hablarle." 

"No creo que sea el momento." Respondió Geto, sosteniendo con poda delicadeza la muñeca del albino. Gojo lo miró con ojos entrecerrados, apenas ocultos por sus oscuros lentes. "Está con sus amigas, no quieres interrumpir, ¿o sí?" respondió el pelinegro con naturalidad, retomando su lectura. 

Gojo suspiró, siguió comiendo. 

Del otro lado, Shoko y Utahime mantenían una acalorada conversación sobre Nanami. Shoko se había quedado sin formas de llamar su atención. 

"¿Tú qué opinas, Kurai-san?" preguntó Utahime, mirándote con interés. Alternaste la mirada entre ambas, echándote a reír. Tu risa cesó cuando te diste cuenta que no estaban bromeando, realmente te estaban pidiendo un consejo. 

"No sé nada de esto." Dijiste con una mueca, alzando los hombros, riéndote con timidez. "Quizá...sé...honesta." Tu voz más como pregunta que afirmación. Shoko y Utahime se miraron entre ellas. Sus reacciones confundidas. 

"Quizá es...buena idea." Respondió Utahime, su dedo índice y pulgar sosteniendo su barbilla mientras piensa en tu consejo. Shoko la miraba con curiosidad, buscando una segunda opinión antes de atreverse a hacer algo tan inusual. "Digo...¿qué pierdes?"

"Mmm...no lo sé, ¿mi dignidad?" respondió la futura doctora, divertida. Sonriendo de lado. "Tendré que consultarlo con la almohada, otro día será." Shoko solía restarle importancia a las cosas, aunque en el fondo se la comieran por dentro. Reíste y retomaste tu almuerzo. "¿Qué hay de tí?" preguntó mirándote fijamente. La miraste con ojos abiertos, invitándola a complementar su pregunta. "¿Le darás una oportunidad al cabeza de algodón?"

Shoko hizo un movimiento con la cabeza, apuntando con el mentón aquella mesa lejana donde se encontraban Gojo y...Geto. Suspiraste al verlo. Una oportunidad. Eso era todo lo que pedías, una oportunidad. La mirada intensa de Suguru rápidamente te trajo de vuelta a la realidad, hiciste una mueca, apartando la mirada sobre aquellos dos. 

"Nah...no es mi tipo." Mentiste. "Es muy inmaduro." Tus palabras caían al aire con inseguridad, sin un lugar donde sostenerse. Shoko te miró interesada y con cierta...decepción. Lo notaste al instante, retomó su almuerzo y dejó de cuestionarte sobre Gojo. Utahime rió y gritó "te lo dije", victoriosa por haberle demostrado a Shoko que su amigo era insoportable. Tu mirada se posó nuevamente sobre él. Era imposible no hacerlo. Gojo Satoru era como un imán para tí, pero donde iba él, iba Suguru. 

(...)

Cuando el descanso terminó, las chicas y tú se dirigieron a sus respectivas clases. Desde tu plática con Geto habías decidido dejar de lado la socialización, ya no tenía sentido. Se había vuelto lo que era; un simple recordatorio de lo que pasaría. Una probada de una vida que jamás podrías mantener. ¿Por qué aceptaste venir aquí? ¿Por qué decidiste torturarte a ti misma con una prueba de la vida que añorabas? Tu mano se disparó hacia el cielo, tus ojos habían comenzado a cristalizarse y no sabías cómo manejarlo. 

Yaga guardó silencio, dejando de lado el tema de la clase para atenderte. "¿Sí, Kurai-san?" preguntó con voz suave. 

"Necesito retirarme." Fue un aviso más que una petición. Hiciste la seña. Yaga asintió sin cuestionarte más. 

endless love (gojo satoru x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora