Capítulo 3.

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[Elena]

Al día siguiente, me levanté, me bañé y lave mis dientes, me puse un vestido de flores para salir al jardín y distraerme un poco, mi familia estaba organizando la boda, sería dentro de cuatro semanas, fue el acuerdo que entre ellos llegaron.

Otro de mis pasatiempos favoritos es recolectar flores y sembrar también, mis favoritas son las margaritas por su color amarillo, son flores muy vivas que adornan al campo la manera más bonita.

Pasé un rato en el jardín, conversando con las flores, las únicas que me escuchan, tal vez parezca loca pero es una buena manera de desahogarme, las flores no te juzgan tampoco que critican, así deberían de ser las personas quedarse en silencio.

Regresé a casa, el sol ya hacía presencia cada vez más fuerte, puse las flores en un jarrón y la dejé en una pequeña mesa que adornaba la casa. Mi Nana subió el almuerzo a mi recamara, preparó mi comida favorita, pollo frito, arroz y verduras.

Me volví a duchar después de comer, tenía que al menos dar la cara, así que bajé hasta la sala, mi madre estába tejiendo, las gemelas estaban conversando entre ellas, al verme se asustaron.

-Hola Elena, ¿Estás mejor?- Pregunta mi hermana Lila.

-Sí- Me limité a responder, mi padre aparece, el aire está más tensó.

Nadie dice nada, decidí irme, necesito respirar otra vez, no quiero verlo. Salí a dar un paseo al pueblo.

Visité vários lugares en compañía de mi violín que saqué a escondidas, visité la plaza, habían muchos niños jugando, saqué mi violín y comencé a tocar, tocar melodías y escucharlas hacen que dejé de pensar por unos momentos.

-Que bonito tocas el violín, Elena- Me dice Clara, una niña que conocí hace unas semanas.

-Muchas gracias Clara, ¿Quieres que toque otra canción?- Ella aplaude feliz y llama a sus amiguitas.

Los niños están concentrados escuchando, el sonido atrae turistas, terminó de tocar aquella canción y todos aplauden, yo agradezco.

Regresé a casa, para mí desgracia había visita, los reyes.

-¡Elena aquí estás!- Dice la señora Reyes, me da un abrazo yo lo aceptó.

-Hola, me alegra verlos- Sonreí falsamente.

Solo estaban ellos dos, mis padres los recibieron con los brazos abiertos, no tuve más remedio que quedarme.

-¿Que los trae por aquí?- Preguntó mi hermana.

-Que no es obvio, estamos aquí para ver a nuestra futura nuera, y hacer unos arreglos para la boda- Dice el señor Reyes.

Escuchó sobre los "arreglos" se decidió que yo entraría primero y después Isabel, típico aquí en Filipinas, la ceremonia será a lo grande.

Las semanas pasaron rápido, el día de la boda llegó, dos noches antes lloré sin parar ya que le habían dado la beca para irme a una Universidad a estudiar música un golpe bajó, estaba ya lista, mi familia también.

Bajé las escaleras todos sonrieron al verme, puse mi mejor cara, no es bonito casarte por obligación y peor cuando el matrimonio es arreglado entre familias poderosas.

Llegamos al lugar de la ceremonia, los invitados ya estaban adentro, entré yo primero sola sin que mi padre me entregará, ahora faltaba Isabel, escuchó murmullos entre los invitados, el padre se siente sofocado, no se que está pasando y tampoco quiero saberlo.

No sé cuánto tiempo pasó pero Isabel nada que llegaba, también se me hizo raro no ver a los padres de ella aquí, mire a mi padre nerviosa, sentí un alivio.

Isabel aparece, los invitados vuelven a tomar asiento y guardar silencio, La miró de reojo, tiene un sonrisa plasmada en su rostro. El padre nos da la bendición, es hora de firmar los papeles, ambas firmamos.

-Ahora sí, eres mía Elena, completamente mía- Me toma de la cintura y me planta un beso.

-Q...que estás diciendo- Pregunté aún estando cerca de ella.

-Eres muy inocente cariño- Deja besos en mi rostro- Muy inocente- Me deja otro beso en los labios.

El público aplaude, la fiesta de celebración da inicio, todos bailan y celebran, los padres de Isabel nada que aparecen.

-Isabel-Me acercó a susurrarle ya que está cerca mío- ¿Dónde están tus padres?- Alzo mi cabeza para verla a los ojos, ella es más alta.

-Me hago la misma pregunta, se supone que ya deberían de estar aquí-Mira a los alrededores.

La fiesta sigue, un señor aparece de la nada.

-Los señores Reyes han muerto en un horrible accidente- Grita el señor con desesperación, todos se quedan en silencio.

Isabel me toma fuerte de la mano, su rostro se pone pálido.

-¿Que has dicho?- Pregunta un invitado.

-Asi como lo escucha, acaban de fallecer, un camión se estrella frente a ellos, el chófer del camión también falleció- El Hombre ve a Isabel- lo siento mucho Señora Isabel- Se quita su sombrero.

Todos murmuran entre ellos, Isabel toma asiento, está muy pálida.

-Toma agua Isabel- Ella hace caso y bebe un poco.

Mis padres se acercan a nosotras, de inmediato llaman aún médico, Isabel no se ve nada bien.

-Isabel, mírame, vámonos de aquí si, no estás bien- Me arrodilló para ver su rostro, está en shock.

Ayudé a Isabel a salir de aquella fiesta ya que vários quisieron llevarla pero ella se negó, no quiero ser tocada por nadie.

Senté a Isabel en la cama, me siento junto a ella, ella posa su cabeza en mi hombro.

-Me quedé sola, Elena- Susurra con voz débil.

Es preferible quedarse en silencio en estos momentos.

La muerte de los padres de Isabel fue repentina, el funeral será hoy, dos días después de la boda, Isabel está distante no la culpo, debe de ser doloroso.

Llegamos al cementerio, todos los conocidos estaban ahí, el padre da la bendición, Isabel tira una flor blanca en cada tumba.

Regresamos a casa, todo lo que los señores Reyes tenían paso a manos de Isabel.

-Mmm, ahora sí, sabes que es lo mejor Elena de todo esto, que te tengo a tí- Dice Isabel entrando a la casa, yo me quedo helada.

-¿Q...que estás diciendo?- Pregunté temerosa.

-Con el tiempo te irás dando cuenta, ahora sube cariño, no me has dado mi noche de bodas, estaré ansiosa por hacerte mía- Se va con una sonrisa plasmanda en su rostro.

Que Demonios acaba de pasar. Tengo miedo de lo que se avecina...

















Fin del capítulo.

Esposa por la fuerza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora