Capítulo 4.

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[Elena]

Isabel no ha bajado ni llegado a la habitación después de aquellas palabras que me dijo, no sé si estoy lista para entregarme yo todavía soy virgen.

Abren la puerta, ella está borracha.

-¿Isabel?-Pregunté nerviosa, ella alza su mirada, otra vez esa mirada sin emoción alguna.

-Q...que- Camina hasta la cama con paso de alcohólica, desde acá se siente su olor a licor.

Isabel se queda dormida, salgo de la habitación en busca de otra, no hay ningún sirvienta a esta hora así que toca buscar por mi cuenta, había una disponible es gran y la cama se vé cómoda, no está tan mal es mejor quedarse aquí a estar con una alcohólica.

Me duermo pensando en todo, si el insomnio se apodera de mí será por tanto sobrepensar.

La luz del sol daba en mi cara, escuché bulla de los sirvientes, salgo a ver que es.

-¿Que sucede?- Pregunté aún soñolienta, mi cabello está alborotado.

-Señora que gusto verla, la señora Isabel la busca.

Voy hacía la habitación, Isabel está sentada viendo hacía la ventana en bata y con una copa de vino en su mano.

-¿Dónde estabas?- Pregunta con tono frío.

-Me cambié a otra habitación- Caminó hasta el guarda ropa, necesito ducharme.

No sentí la presencia de Isabel atrás mío.

-¿Tanto asco te da dormir conmigo?- Pregunta, posa sus manos en mi cintura, su olor a alcohol es leve.

-Que cosas dices, ayer estabas borracha así que decidí cambiarme de habitación-Me remuevo tratando de safarme de su agarré.

-No lo vuelvas hacer- Me pega más a su cuerpo, que le pasa por actúa así.

-¿Sigues borracha?- Una leve risa salió de sus labios, un escalofrío recorrió mí cuerpo.

-No es de tú incumbencia, ahora me recuerdo me debes algo- Su mano sube queriendo llegar a uno de mis senos pero la detengo.

-Me voy a bañar- Tomé una toalla y me metí al baño enseguida.

Duré unos 15 minutos en la ducha, tenía la esperanza de que ella se fuera pero cómo se va a ir si es la dueña de aquí, salí de la ducha para mí sorpresa ella no estába.

Bajé a desayunar, la casa se siente sola, los sirvientes están en sus labores, dónde mis padres no era así, había bulla de mis sobrinos, mis hermanos discutiendo.

-Señora, por aquí- Estaba por sentarme en el gran comedor hasta que una sirvienta me interrumpe.

Llegamos a la cocina.

—Aquí señora, usted comerá aquí apartir de ahora, órdenes de la señora Isabel—¿Es broma no? ¡Que le sucede a esta tipa, no tuve más remedio que tomar asiento, no quiero meter en problemas a la sirvienta que solo hace su trabajo.

Terminó de desayunar, necesito salir de este encierro, caminó hasta la puerta iré a ver el jardín.

—Lo siento señora, usted no puede salir de la casa—Dice un hombre alto y robusto.

—¿Qué? ¿Por qué?— Pregunté incrédula.

—Ordenes de la señora— Se para firme y seguro, ¡Isabel me va oír!

Subí enojada hasta la habitación, que descaro no puedo salir y para colmo tengo que comer en el comedor. Hora de almuerzo mi enojo había disminuido, caminó hasta la cocina.

—¿A dónde vas?— Pregunta una mujer detrás de mí, se quién es mi enojó sube.

—Voy hacía la cocina por órdenes tuyas, I-S-A-B-E-L— Dije con enojó mezclado con sarcasmo.

—¿Órdenes mías? ¿De que hablas?— Ahora se hace la mosca muerta.

—Vaya, pero que rápido olvidas las cosas, olvídalo tengo hambre me voy— Le doy la espalda, escuchó su risa, que ganas de lanzarme encima suyo y ahorcarla.

El almuerzo era, pollo, arroz y papas, súper rico, terminó de almorzar, no quiero toparme con ella otra vez.

—¿Te gustó el almuerzo?— Pregunta con inocencia.

—Sí—Respondí sería— ahora, explícame porque no puedo salir—Me cruzó de brazos, ella se queda pensando, ojalá y de una buena excusa porque estoy apunto de tirarme encima de ella.

—Por que quiero, ¿Hay algún problema? Eres MÍ esposa, vives en mi casa y aquí se hace lo que yo quiera Elena, me voy tengo negocios que atender— Se va, sus tacones hacen más ruido que la gente del mercado.

¡Maldita mujer! ¡Que le pasa no soy su reen! Subo molesta hasta la habitación. Leí un rato, trate de salir en ocasiones pero esos idiotas siempre me agarraban desgraciados, estoy que me lanzó por esa ventana.

Bajé hasta la sala, los sirvientes hablaban entré ellos, están ordenando todo.

—¿Pasa algo?— Le preguntó a una sirvienta.

—Tenga paciencia señora.

Paciencia mis pelotas que no tengo, me senté en el sofá mientras veía a los sirvientes alborados. Eran las 7 de la tarde, la mesa estaba hermosamente adornada, la sala también, ¿Vendrá algún familiar importante?

—¡Señora Georgina, que gusto verla otra vez!— Dice una sirvienta feliz, escuchó todo desde la sala.

—Gracias, me alegro de verlos a todos— La voz de esa mujer es hermosa, derrota a mil ejércitos.

—A nosotros nos da gusto, ¿La señora Isabel viene con usted? Después de todo son esposas— Dice al sirvienta en un tono más alto. ¿Que esposa?

—Aqui estoy, saca las cosas de Elena de la habitación y desempaca las de Gia— ¡Escuché bien!

Me levanté del sofá con un aura maligno con ganas de destruir todo lo que se me ponga al frente.

—¿Ella es tú amante?— Preguntó la mujer castaña, tremenda top model.

—La compré amor que es diferente, es un objeto nada más, puedes usarla a tu antojo— Ambas se besaron frente mío, ví a la sirvienta que sonreía de manera siniestra.

Ambas mujeres subieron, la sirvienta me dió la espalda, papá, mamá saquenme de aquí presiento que pasarán cosas malas.
































Fin del capítulo.

Gracias por leer🫰 haré correcciones cuando salga del colegio XDDDDDD

Besos 🫦




Esposa por la fuerza. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora