3

209 40 6
                                    

𖤍

Nell se recargó en un pasillo desolado del palacio, aún podía oír la música de la orquesta gracias a sus orejas caninas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nell se recargó en un pasillo desolado del palacio, aún podía oír la música de la orquesta gracias a sus orejas caninas. Sentía su corazón palpitar con fuerza, no podía borrar de su mente esos ojos rojos, sus labios duraznos e incluso cuando pudo observar su piel desnuda de su espalda.

Ese hombre era el erotismo en persona.

Sus facciones, la forma de su voz suave y aireada, casi como un gemido.

Por Astotelia, ese hombre lo vendría matando en cualquier momento.

— veo que el perrito fue abandonado por su dueña

Aquella voz le erizó la piel, no quería voltear, si lo hacía estaba seguro que caería a los pies de ese hombre.

— debería estar en el banquete, duque —habló sin siquiera mirarlo, mantenía su mirada fija en la pared— es en su honor

— no eres capaz de darme la cara, maldito cobarde —gruñó completamente herido, sentía sus ojos picar pero no se atrevería llorar, no le daría el gusto a ese hombre— me dejaste

— tu sabes por qué lo hice

— por tu cobardía —dijo con firmeza, apretaba con fuerza sus puños queriendo evitar agarrar a golpes al azabache— te fuiste y te enredaste con la princesa del emperador, tan bajo has caído que te revuelcas con ella para "limpiar" el honor de tu casa

Ante eso, Nell se volteó enojado para tomar al rubio de los hombros y anotarlo en la pared, veía con enojo al menor de altura, quien se sorprendió un poco ante el movimiento del alto.

Con una mano apretó el cuello del rubio mientras que con la otra sujetaba sus muñecas por sobre su cabeza.

— no te atrevas a hablar sobre mi familia que tu también tuviste que ver en eso —espetó molesto, ajustando más el agarre— por hacerte caso

— ¡¿ahora es mi culpa?! ¡por una vez en tu maldita vida acepta que fue TU error y el de tu familia, ustedes tuvieron esa decisión, yo solo-

— ¡cállate! —ordenó colérico—

Ambos se veían con rabia, apesar del agarre de la bestia divina Alikhan no mostraba una expresión de dolor o sufrimiento, sólo rabia contenida al haber esperado 10 años para poder volver a ver al azabache.

Muchos dicen que los ojos son las ventanas del alma.

Capaces de mostrar los sentimientos sin necesidad de palabras o acciones.

Alikhan aunque no lo quisiera admitir había extrañado por mucho tiempo al lobo, tenía 18 años, claro que a esa edad se enamoraría fácilmente y diría que es el amor de su vida.

Pero así como se enamoró de Nell, fácilmente arrancó su corazón al decirle que no lo volvería a ver.

Para después volverse el concubino de la princesa Ariana.

| 𝐋 𝐔 𝐒 𝐓 | 𝐍𝐞𝐥𝐥 𝐏𝐡𝐚𝐧𝐭𝐨𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora