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No pudo dormir en toda la noche, de solo recordar el haber estado con el sabueso de nuevo le ponía los nervios de punta.
—"10 años y el infeliz se volvió increíblemente sexy"
Pensó con frustración, no debía dejarse llevar por sus más bajos instintos, todavía no empezaba su plan y ya quería lanzarle a los brazos del duque Nell y recordar esos tiempos donde era amado por el azabache.
Practicó algunos ejercicios de respiración para calmar su acelerado y pobre corazón.
Le había dicho a Arista que le creara una excusa con sus majestades para el desayuno, no estaba de humor para ver a alguien.
— ¡buenos días solecito! —gritó Raymond apenas entro a los aposentos de forma abrupta—
— ¿qué haces aquí? —se enderezó con cuidado para recargar su espalda en la cabecera de la cama— creí que habías partido a Marloe
— antes quise pasar a ver a mi querido amigo —sonrió divertido para tomar asiento a su lado— después del banquete no te vi anoche, creí que habíamos quedado en jugar baraja antes de dormir
— perdón Ray, me...desconcentre después de hablar con Phantom —murmuró aún pensativo—
— creo que esto de tu "venganza" no funcionará amigo, quiero decir —se detuvo rápido al ver la mirada seria del más bajo— no odias al señor Phantom, solo estas herido y quieres ver si todavía hay una pequeña chispa de amor
— no intentes usar tu psicología conmigo Amber, odio a ese idiota, me dejó y humilló —gruñó con enojo para acomodar su cabello—
Ray negó con la cabeza divertido para dejar un pendiente de plata.
El pendiente de lobo.
Abrió sus ojos sorprendido al ver el pendiente, no sintió cuando se le cayó de su traje. Lo tomó con cuidado para analizarlo detenidamente, tenía un pequeño raspón en la parte de la oreja izquierda.
Lo dejo en la mesa de noche a su lado para fijar su vista en el ventanal. Raymond dijo que partirían del palacio en unas horas, él, la princesa y el duque Nell.
Y tardarían dos días en volver.
—"será buena oportunidad para ganarme a sus majestades"
Una sonrisa decidida cruzó sus labios para destapar sus piernas y salir de la cama rápido.
Arista le había dejado la tina con agua caliente en dado caso que decidiera darse un baño.
Tomó su ropa para entrar al baño, necesitaba apurarse sino no alcanzaría a despedirse de la princesa y Raymond.
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