Con días de pesadez y espera con gran ansiedad, Adriel volvería a ver a la chica que le dolía amar. La mayoría de esas 30 noches sufrió de insomnio, ataques de ansiedad que iban desde no poder estar quieto en su cama y querer hacer cualquier cosa a altas horas de la noche, hasta la falta de respiración y aceleración del ritmo cardiaco. Cuando sus padres se separaron, su madre lo llevó con varios psicólogos, pero ninguno le dio un resultado concreto. Inclusive en la depresión provocada por la muerte de su madre, no quiso tomar esa ayuda profesional porque creía que no le servía. La primera noche que empezó a tener problemas respiratorios supo que la situación se estaba agravando, por lo que, sí consideró en ir a buscar ayuda profesional, pero decidió que lo haría después de la boda, porque sabía que luego de ese suceso iba a terminar en peor estado emocional luego de ver como su amada caminaba hacia al altar de la mano de otro hombre. Los pensamientos que más le afligían eran acerca de si en esa nueva reunión con Adamaris Navarro él debía decirle la verdad. Él sabía que esa sería la última ocasión en que estaría con ella a solas, en esa privacidad que habían creado años atrás; en momentos en los que no había nadie más que rompiera esa hermandad.
Adriel suponía que después de la boda tardaría meses o incluso años para volver a ver a su mejor amiga, pero sería con la desagradable compañía de Yusef, a quien no conocía pero que investigó sobre el gracias a noticias y artículos en donde aparecía el apellido español de Santillana que lo alababan como un gran médico y que algunos medios de noticias del apenas surgimiento del internet habían publicado.
Adriel se sintió fracasado por que vio que Yusef era un hombre exitoso, gran médico y que poco a poco iba logrando grandes avances en la medicina. Tenía reconocimiento a nivel nacional. Mientras que Adriel tenía unos pocos meses en haber terminado su maestría en Dirección de la Construcción y Diseño Arquitectónico Sustentable. Se sentía menos exitoso que él y pecó al pensar que Adamaris había escogido a Yusef por ser un médico exitoso que a él que solamente enseñaba en una universidad.
La reunión llegó justamente el último día en que Adriel trabajaría en el instituto por las vacaciones de pascua. Para él fue buena suerte, ya que sabía que ese fin de semana consumiría grandes cantidades de alcohol y no habría consecuencias como ir al trabajo con resaca.
Adriel se comprometió en ir a recoger a Adamaris a su hogar. Para ella fue raro, ya que el jamás en la vida lo había hecho.
Con unos pocos días aprendiendo a manejar su motocicleta, Adriel llegó sin dificultad al hogar de su mejor amiga con puntualidad. La fachada no había cambiado en nada. Tenía el mismo color que años atrás el vio en su última visita. Estacionó su motocicleta en frente del hogar de su amiga. Se quitó el casco y lo llevó en su mano por miedo a que se lo robaran si lo dejaba colgado del manubrio de la moto.
Llamó a la puerta y para su sorpresa, un extraño acudió a su llamado.
–Tu debes de ser Adriel –Le dijo la voz varonil de la persona que abrió la puerta.
Adriel se desconcertó por unos segundos ya que jamás había visto a ese tipo en aquel hogar, pero sabía de quien se trataba.
–Y tú eres Yusef Santillana, supongo –Le respondió sin sentimiento.
–Un gusto conocer al mejor amigo de mi prometida –Le extendió la mano y Adriel se la estrechó.
–Adriel Bernal para servirte.
El saludo por parte de los dos fue con fuerza.
Por la espalda de Yusef apareció la señora Alba Jiménez, madre de Adamaris.
–Cuanto tiempo sin verte, hijo–. Le dijo la señora y se acercó con alegría a abrazarlo.
–Lo sé, señora Alba –Le respondió con calidez Adriel.

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00:00 EL TIEMPO VACIO
RomanceAdriel Bernal y Adamaris Navarro compartieron una amistad inquebrantable durante su juventud, marcada por risas, confidencias y el apoyo mutuo en sus momentos más oscuros. Sin embargo, la vida los separó abruptamente cuando Adamaris tuvo que enfrent...