Las gotas de agua resbalaban por el vidrio de la venta del coche. Imogen, la madre del pelirrojo, conducía tranquilamente mientras escuchaba la radio.—Es todo tan distinto aquí.— habló Ed, sin quitar la vista de la carretera.
Mullingar era tranquilo. Verde, era el color que predominaba en el paisaje.
La casa que habían rentado, se encontraba rodeada de campo, en las afueras de la ciudad.
—¿Te gusta?— preguntó Imogen a su hijo.
—Por supuesto que sí madre. Es perfecto. Que lástima que solo nos quedemos dos semanas.— dijo recostándose en el asiento.
—¡Por amor de dios Christopher. Saca tus pies de inmediato del asiento!
—Mamá no me digas Christopher, solo Ed. Queda lindo.
—Pues como sea Ed, me ensucias el auto.
El pelirrojo, sin ganas, quitó los pies del asiento y volvió a su antigua posición.
—¡¿Es allí?!— dijo señalando una casa bastante amplia.
—No grites. Sí, es allí.
Bajaron del auto y entraron a la casa.
—Baja tus cosas y ponlas en el cuarto.— dijo la madre de Ed.
El chico hizo lo que su madre indicó y se adentró a la pequeña casa que habían arrentado.
Domingo 8:15 am.
—Buen día madre.
—Buen día hijo, ¿como has dormido?— Imogen se encontraba lavando los trastos tranquilamente.
—De maravilla, gracias.
El día estaba precioso e ideal para ir a la playa, salir a tomar el sol o incluso ir de pick-nick. Pero habían otros planes para el muchacho y su madre.
Era domingo, día de misa. Eso significaba que irían a la iglesia, luego habían planeado ir al mercado a comprar frutas, verduras y comestibles varios y por último visitarían a un viejo amigo de Imogen.
—¿Tienes todo preparado para irnos?— preguntó la mujer, dándose la vuelta para observar a su hijo.
Ed tenía puesto un pantalón de vestir negro y por en sima una camisa blanca algo traslúcida. -Sí madre.
Imogen terminó de lavar los trastos y preparó sus últimas cosas seguido de salir y entrar al auto.
De la casa a la iglesia eran 10 minutos.
Ed iba enchufado a sus auriculares, escuchando Green Day, que por cierto, era su grupo musical preferido.
—¡Llegamos!— exclamó la mujer bajando del auto —Yo ya iré entrando. Si quieres puedes dar una vuelta para conocer un poco. Te espero dentro.
El pelirrojo asintió y bajó del auto segundos después que su madre.
Sus pies dieron pasos torpes una vez fuera del vehículo, haciéndolo desplomarse en el suelo.
Un rubio que contemplaba la escena se acercó —¿Estas bien?— dijo entre risas.
—¿De qué te ríes? Estoy bien, estoy excelente ¿sabes?— respondió Ed furioso, sin quitar su mirada del suelo.
—Ya, tampoco te enojes.— el rubio le dio un suave golpe en el hombro haciendo que Ed levantara la vista hacia él. —Me llamo Niall.
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Don't |•O.S Ned Heeran
FanfictionNo hay palabras para describir lo que sentí al verte, todas las emociones se combinaron en una. En dos simples semanas, me demostraste que el amor es un bello paraíso, pero como tú bien dijiste, lo bello, no dura para siempre y que en la vida real...