—Descálsate y cierra los ojos Ed.— dijo Niall mientras estacionaba el coche sobre la orilla del lago.
El pelirrojo hizo caso y se sacó los zapatos seguido de cerrar los ojos. Niall salió del auto y guió a Ed un poco hacia delante hasta que sus pies tocaran el agua.
—Está fría.— se quejó.
—Ya puedes abrir los ojos.
Al hacerlo su boca se abrió en forma de "o". Lo que tenía en frente era hermoso.
Un enorme pero no muy profundo lago, el agua era tan clara que podías ver con completa nitidez debajo de ella. A unos metros de la orilla donde pequeñas y delicadas olas rompían, se podía visualizar un muelle medio abandonado.
—¡Ta-da!— exclamó Niall alargando la "a".
—Por amor de dios, que bello que es.
—Bueno ¿entonces que esperas? ¡A nadar!— dijo con entusiasmo sinchando de la mano de Ed.
—Yo no he traído traje de baño...
—Para eso existe la ropa interior, querido amigo.
El rubio se quitó la ropa dejándola tirada sobre el arena. La única tela que lo cubría era un bóxer negro.
Ed analizó el cuerpo semidesnudo del chico. Tenía unos pequeños abdominales marcados y un apenas de vellos en su pecho. La piel de su tórax era aún más blanca que la de su rostro, pero no tanto como la de Ed.
El pelirrojo imitó al chico. Se quitó la ropa quedando también en bóxer, solo que el de el era azul, y se metió al agua.
El cuerpo de Ed era mucho más grande, en todos los aspectos, que el de Niall. A diferencia de la del rubio, su espalda era bien grande. No tenía abdominales, de hecho su panzita se notaba un poco. Era rellenito pero sus apenas curvas estaban bien marcadas.
—¡El último en llegar paga la comida!— gritó Niall mientras se metía al agua y comenzaba a nadar.
Por fortuna le había hecho caso a su madre 5 años atrás cuando se inscribió en los cursos de natación que ofrecía su iglesia. Gracias a ello, nadar era su gran habilidad. No le costó más de un minuto ganarle al rubio. —Espero que traigas dinero, nadar me da mucha hambre.- dijo divertido.
—Muy gracioso. Que lástima que me haya dejado vencer.— dijo mientras subía al muelle.
—¡No pongas excusas y admite que gané!
—Okay como digas.— y puso sus ojos en blanco.
Niall se recostó boca arriba en el muelle al igual que Ed. Todo estaba en un total silencio.
Luego de unos minutos Niall tornó para ver a Ed. —Tienes una piel muy clara y linda.— dijo mientras recorría con sus dedos el brazo del pelirrojo.
Un escalofrío invadió el cuerpo de Ed al sentir el dulce tacto del chico. —Gracias.
—Me gusta tu pelo. Anaranjado, desparejo y sedoso.
—Gracias.
—Deja de decir gracias idiota.— exclamó llevando una de sus manos al hombro del chico dándole un suave golpe. -—ime algo distinto.
—Bueno, de hecho a mi también me gusta tu cabello. Diría lo mismo de tus ojos pero son iguales a los míos, no me gustaría sonar egocéntrico.
—Cuéntame sobre ti. ¿Qué haces en tu tiempo libre?
—Pues, de hecho mi vida es bastante aburrida y rutinaria. Entre semana estudio, los viernes salgo con mi padre, los sábados los paso en mi cuarto escuchando música, tocando guitarra y leyendo y los domingos voy a misa.— Niall observó a Ed por unos segundos ladeando la cabeza.
—¿Cuándo sales con tus amigos y novia?
—Los domingos veo a mis amigos en la misa y pues no tengo novia.
—Eres muy lindo como para no tener novia. Una lástima, ellas se lo pierden.— el pelirrojo miró confundido a Niall arqueando una ceja.
—Que marica.— se burló.
—Lo dices como si ser gay fuera malo.
—Es un pecado.
—Por dios Ed. ¿Amar es un pecado?— el pelirrojo miró a Niall con los ojos entrecerrados, sin decir nada. —Me repugnan los homofóbicos, así que si formas parte de ese mundo de mierda por favor que esto acabe aquí.
—Disculpame Niall, no quise ofenderte.
—No importa.— sonrió -Así que tocas guitarra ¿eh?- dijo desviando el tema.— Había veces que resultaba bastante bipolar.
—Sí. Me encanta. Lo hago desde que tengo consiencia. Incluso escribí algunas canciones.— dijo entusiasmado.
—Genial, de hecho yo también toco. Habría que hacer un dúo antes de que te vayas a Inglaterra.
—Por supuesto.
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Don't |•O.S Ned Heeran
FanfictionNo hay palabras para describir lo que sentí al verte, todas las emociones se combinaron en una. En dos simples semanas, me demostraste que el amor es un bello paraíso, pero como tú bien dijiste, lo bello, no dura para siempre y que en la vida real...