Capítulo 9.

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Por fin viernes, parecía que no iba a llegar nunca.

Hoy era el gran día, después de muchos meses de trabajo Mimi abriría su propia academia de baile. No estaba nerviosa, o eso decía ella.

Estaba ultimando las cosas del local, en menos de media hora se haría la gran inauguración.

- ¿Se puede? — se oyó una voz a lo lejos.
- ¡RICKY! — gritó Mimi al ver a su amigo.
- Que guapa estás, cabrona — le decía mientras le daba una vuelta sobre si misma.

Mimi llevaba puesto un top negro de manga corta ajustado a su cuerpo acompañado de unas cadenas como collares y algunas que otras en sus caderas, también llevaba unos vaqueros azules que no incomodaban a la hora de bailar. El pelo liso y suelto por ambos hombros. Con el maquillaje no se había complicado mucho, algo sencillo pero elegante para la ocasión.

- Pues anda que tú — contestó dándole un abrazo.

Poco a poco iba llegando al local, amigos de Mimi del pueblo, gente que había conocido en Madrid.

Pero faltaba ella.

Durante la semana no se habían visto, entre el local y las reuniones de Miriam no habían tenido tiempo a más que varios mensajes de "¿que tal el día?" y los últimos mensajes que la rubia le mandó para confirmar su asistencia fueron ignorados por la gallega ya que no obtuvo respuesta.

La música sonaba, una canción terminaba y otra empezaba y el alcohol ya se notaba en los presentes.

Mimi iba de grupo en grupo dándoles las gracias por asistir a la inauguración y bailando con cada uno de ellos.

Las 12 en punto, momento de dar el discurso.
Mimi subió a la pequeña tarima en el cual se encontraba el DJ, agarró un micrófono y pidiendo silencio empezó a hablar.

- ¿Se me oye? — se hizo un silencio en el local para escucharla — Bueno, quería daros las gracias a todas las personas que habéis venido a la inauguración, sabéis lo importante que esto para mi y lo mucho que he luchado por ello. Gracias a cada uno de vosotros por confiar en mi. Gracias a Juan que estuvo desde el principio conmigo, a Ricky por soportarme todos estos meses donde ni yo misma me aguantaba. A mis amigos del pueblo por seguir ahí y por supuesto, a mi madre. ¡Viva mi madre! — Todos gritaron un "¡Viva!" a la vez que Mimi. — Y nada, a seguir pasándolo bien.

Gritos, aplausos y música de nuevo empezaron a sonar tras aquel mini discurso.

Mimi bajó de la tarima encaminándose a la zona de las bebidas.

A pesar de estar contenta por la inauguración le dolía que Miriam no estuviera allí y que después de tantas horas seguía sin dar señales de vida.

Estaba detrás de la barra cogiendo una botella cuando notó un brazo posarse en su hombro.

- ¡Que susto! — dijo mientras se levantaba rápidamente.
- Yo también me alegro de verte — dijo una voz familiar mientras reía.

Mimi abrió los ojos sorprendidas, había perdido ya las esperanzas de que fuera.

- ¿Miriam?
- Esa soy yo — dijo abrazándola.

Mimi le correspondió el abrazo.

- Pensaba que no vendrías — confesó la rubia.
- ¿Y perderme esta fiesta? Jamás — dijo señalando a la pista de baile.
- Como no me contestabas pues pensaba que no vendrías.
- Lo siento, estuve ocupada y no le hice mucho caso al móvil — le dijo Miriam echándole para atrás un mechón de pelo que tapaba la cara de Mimi.

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⏰ Última actualización: May 21, 2024 ⏰

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