Por fin viernes, parecía que no iba a llegar nunca.
Hoy era el gran día, después de muchos meses de trabajo Mimi abriría su propia academia de baile. No estaba nerviosa, o eso decía ella.
Estaba ultimando las cosas del local, en menos de media hora se haría la gran inauguración.
- ¿Se puede? — se oyó una voz a lo lejos.
- ¡RICKY! — gritó Mimi al ver a su amigo.
- Que guapa estás, cabrona — le decía mientras le daba una vuelta sobre si misma.Mimi llevaba puesto un top negro de manga corta ajustado a su cuerpo acompañado de unas cadenas como collares y algunas que otras en sus caderas, también llevaba unos vaqueros azules que no incomodaban a la hora de bailar. El pelo liso y suelto por ambos hombros. Con el maquillaje no se había complicado mucho, algo sencillo pero elegante para la ocasión.
- Pues anda que tú — contestó dándole un abrazo.
Poco a poco iba llegando al local, amigos de Mimi del pueblo, gente que había conocido en Madrid.
Pero faltaba ella.
Durante la semana no se habían visto, entre el local y las reuniones de Miriam no habían tenido tiempo a más que varios mensajes de "¿que tal el día?" y los últimos mensajes que la rubia le mandó para confirmar su asistencia fueron ignorados por la gallega ya que no obtuvo respuesta.
La música sonaba, una canción terminaba y otra empezaba y el alcohol ya se notaba en los presentes.
Mimi iba de grupo en grupo dándoles las gracias por asistir a la inauguración y bailando con cada uno de ellos.
Las 12 en punto, momento de dar el discurso.
Mimi subió a la pequeña tarima en el cual se encontraba el DJ, agarró un micrófono y pidiendo silencio empezó a hablar.- ¿Se me oye? — se hizo un silencio en el local para escucharla — Bueno, quería daros las gracias a todas las personas que habéis venido a la inauguración, sabéis lo importante que esto para mi y lo mucho que he luchado por ello. Gracias a cada uno de vosotros por confiar en mi. Gracias a Juan que estuvo desde el principio conmigo, a Ricky por soportarme todos estos meses donde ni yo misma me aguantaba. A mis amigos del pueblo por seguir ahí y por supuesto, a mi madre. ¡Viva mi madre! — Todos gritaron un "¡Viva!" a la vez que Mimi. — Y nada, a seguir pasándolo bien.
Gritos, aplausos y música de nuevo empezaron a sonar tras aquel mini discurso.
Mimi bajó de la tarima encaminándose a la zona de las bebidas.
A pesar de estar contenta por la inauguración le dolía que Miriam no estuviera allí y que después de tantas horas seguía sin dar señales de vida.
Estaba detrás de la barra cogiendo una botella cuando notó un brazo posarse en su hombro.
- ¡Que susto! — dijo mientras se levantaba rápidamente.
- Yo también me alegro de verte — dijo una voz familiar mientras reía.Mimi abrió los ojos sorprendidas, había perdido ya las esperanzas de que fuera.
- ¿Miriam?
- Esa soy yo — dijo abrazándola.Mimi le correspondió el abrazo.
- Pensaba que no vendrías — confesó la rubia.
- ¿Y perderme esta fiesta? Jamás — dijo señalando a la pista de baile.
- Como no me contestabas pues pensaba que no vendrías.
- Lo siento, estuve ocupada y no le hice mucho caso al móvil — le dijo Miriam echándole para atrás un mechón de pelo que tapaba la cara de Mimi.

ESTÁS LEYENDO
Snow
FanfictionUn viaje de fin de semana puede hacer que tu vida cambie de un momento a otro.