2. Caricias Demandantes.

109 7 0
                                    

Severus se encontraba bañándose luego de una extenuante jornada dentro del laboratorio que le permitía utilizar el Prof. Slughorm... ¿el motivo? ¿algún nuevo experimento? ¿alguna bitácora que llenar?

Realmente no, todo tenía que ver con su Potter.

Escuchando de casualidad una conversación de Lucius con Sirius, fue que se enteró que James durante el tiempo del veneno que destilo Avery... James prefirió herirse que cometer una infracción y tener que ser multado y castigado. Aunque sabía que con el pasar de los años James había madurado y dejado atrás su rebeldía y gracias a Fate sus travesuras, y con todo eso él no dejaba de ser un niño... y llámenlo un caso perdido, pero ese niño fue quien lo hizo caer.

Sus constantes maneras de llamar su atención, que por desgracia sólo contaba como consejero amoroso a Black... fue que empezaron los altercados. Pero de una u otra forma James siempre solía arruinar los planes de Sirius... terminando por improvisar y ahí es donde pudo contemplar al romántico, tímido y apasionado James del cual esta perdidamente enamorado.

Y por eso y más mucho más, es que lo cuidaba.

Antes sólo hacía pociones por simple pasión de experimentar y saber que contar con pocos años podía mejorar una receta y hacerla aún más perfecta de lo que pensaban que era... hasta que estas dejaron de solamente estar enfrascadas y empolvándose a ser puestas y tomadas por James.

Como lo sería esta ocasión, también.

[ . . . ]

-James... ¿crees que podrías prestarme tu capa? -le pidió desde atrás suyo.

Mientras entraba a su habitación buscando su pijama y el libro que quedaron por leer para irse pronto, no le gustaba hacerlo esperar. - ¿Es para ti o Lucius?

- ¿Para mí? -contesto dudoso acostándose en su cama.

Encontrando el libro voltio a verlo con todo menos paciencia. -Sirius deja de comportarte como un crío y ve a dale la cara a tu prometido.

- ¡James! -se tiró dramáticamente revolviéndose los risos con frustración y vergüenza desbordada.

Hartándose fue a su baúl eligiendo alguna pijama cómoda y fresca, últimamente en las mazmorras se empezaba a sentir vaporoso. -Sabes donde esta, tómala. Te digo esto por tu bien Sirius, si empezaste algo es porque lo terminaras no pretenderás que Lucius haga todo solo.

Sin molestarse en despedirse, tomo sus pantuflas y se fue.

[ . . . ]

Entro a la sala común de Slytherin, saludando a uno que otro compañero, a quienes ya ni se tomaban la molestia de preguntarle por la intromisión. Sabían de sobra a quien venia visitar. -Oh Regulus ¿cómo sigues de tu lesión?

Le dio un fuerte abrazo dando un par de palmadas en la espalda, sintiendo como algunos músculos se contraían. -Mejor que tú por lo visto...

-Ni de cerca como a las tuyas.

Terminando el abrazo le golpeo la frente con los dedos. -Tu malcriado... te veo luego aún me da tiempo de ir por un postre al gran comedor antes del toque.

Llegando a la habitación se encontró con Lucius quien venía cerrando la puerta. -Ni me preguntes, la nariz de Rodolfo debe estar hecho bolita en su cama en nuestra habitación.

-Gracias.

Tocando tres veces con sus nudillos espero la dulce voz de Severus para que pudiera pasar.

Lo estaba esperando sentado en la cabecera del lado izquierdo de la cama. -A tiempo -lo vio sonreír con ternura y felicidad en su rostro.

-Y desperdiciar tan siquiera un minuto de estar lejos de ti, ni que fuera Black -bufo agotado de esa situación, acercando el libro con magia a la cama, para así poder irse al baño para cambiarse y asearse.

13th - GrySlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora