Cuando pasó la primera vez, hice algo de lo que acabé arrepintiéndome. Es raro sentirse inferior a algo inerte, para ser exactos inútil.
Igual de inútil es en realidad real, porque ahora pregunta por mi, que ya no le escribo. Pero cuando lo hacía no respondía por horas, conectándose a Whatsapp e ignorando como a un viejo juguete. Y aunque se me diga lo contrario, yo sé que no lo hace para jugar, jugar a cosas que ni hablan ni escuchan.
Juré que no me pondría triste, pero no puedo dejar de pensar en que le agobio o que se aburre de mi. No quiero seguir sintiendo que tengo que igualar a una máquina, que debo ganarme su atención para superar a un cacharro con juegos todos iguales.
El ahora se pregunta qué me pasa o que si estoy enfadada. Y sigo diciéndole que no; sabiendo que, ni aunque quisiera ignorarle, seguiría respondiendo al instante, seguiría buscándole el primero cuando me aburra y seguiré diciéndole que no estoy molesta. Porque no lo estoy, no con él. Sino conmigo, por ser tan intensa y sobre pensarlo todo.Me siento muy tonta porque otras celan a sus novios por otras chicas y yo solo puedo sentirme inferior a una máquina. Sentir que es grave el pedirle una mínima atención. Me siento egoísta por querer que me responda.
Acabó mandándoles cinco o seis mensajes, buscando algo tan simple como un "que tal?", un "que haces?"... Un "te amo".
A lo mejor estoy atrapada en una búsqueda de mensajes que no llegan. Sabiendo que lo más j*****, es que él me ama y, por algo tan pequeño, me cuesta verlo.
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LOS LLAMAMIENTOS QUE TODOS NECESITAMOS
Short Storysi necesitas algo con lo que identificarte, este es tu libro. Llamamientos a cosas que nos duelen y que necesitamos desahogar