La vida siempre te da un buen golpe en la cara, otras siempre te manda señales antes de hacerlo.
Aunque lo que nos parte el alma es cuando vemos las señales y no podemos estar seguros de que sean ciertas. Verte a ti mismo en un mar de pensamientos con los que te encierras en: "pero y si...". Pensar que algo no anda bien y darle mil vueltas al asunto, sin poder apartar tu cabeza de ello y no dar el paso por no arriesgar a equivocarte.
La sensación, por ejemplo, de ver a tu mejor amiga charlar con otra chica, de verla feliz y sentir felicidad por ella, pero empezar a oír: "Wow, ¡cuántas cosas tenemos en común!"
Considerar que estás exagerando, pero que cuando hablas con ella, le notas distinta a como era antes contigo. Sientes que es más fría y que prefiere estar con la otra chica, pensar en solucionar las cosas y pensar en que ella se va a atrever, si das el paso, a dejar de hablarte.
Pensar que no estás haciendo las cosas bien y que tienes que cambiar como eres para poder hacerla feliz. Te guardas estos sentimientos para ti, sin dejar que alguien los vea o sepa de ellos. Poco a poco te vas consumiendo por dentro con la sensación de seguir fastidiando la relación que todavía tienes con esa persona. Pero a la vez, sabes que algún día se marchará y tienes que dejarla ir.
Tú le ayudaste a entender como era y estar feliz con ello, y ahora debes dejar que lo disfrute con quién crea conveniente
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LOS LLAMAMIENTOS QUE TODOS NECESITAMOS
Contosi necesitas algo con lo que identificarte, este es tu libro. Llamamientos a cosas que nos duelen y que necesitamos desahogar