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Las luces brillaban, sus colores se reflejaban en sus pieles, la atmósfera estaba cargada por el olor a alcohol y emoción y la gente reía y gritaba. Danilo y Helena eran ajenos a todo eso, bailaban juntos, a su propio ritmo, al ritmo que marcaban sus corazones. Los dos pedían en silencio que ese instante nunca acabará. Que siguieran así, bailando. Que siguieran juntos.
A Helena en un primer momento le pareció que a su amigo había bebido demasiado, ese brillo en los ojos era muy extraño. Además le había pedido bailar con ella. Eso no lo había hecho nunca, ni siquiera cuando estaba borracho y le tocaba cuidarlo con Carlos.
Pero fuera lo que fuera que le hubiese impulsado a hacer eso a ella Danilo la había hecho feliz. La había hecho sentir libre, y casi nunca se sentía así. Siempre sentía que estaba atada a sus problemas y que esas cadenas acabarían por hundirla. Muy poca gente, por no decir casi nadie la había hecho sentir de esa manera.
Estaban tan distraídos que ninguno de los dos se dió cuenta de que Nico, el hermano mayor de Helena acababa de llegar a la fiesta, y se aproximaba hacia ellos furioso.
--- ¡Uruguayo soltá a mi hermana!--- apartó a Laia para encarar a Danilo.
--- ¡¿Boludo estás loco pero que hacés?!--- le gritó su hermana mientras veía como Nico soltaba el primer puñetazo.
--- ¡Soltáme tarado!--- Danilo se defendió de los golpes y comenzaron a pelearse
Helena intentó tirar de Nico, pero sola no podía. Unas manos se acercaron a ayudarla y retuvieron a su hermano. Era Jorge, el del cumpleaños. Además era amigo de Nico.
--- ¿A vos que te pasa?--- le preguntó--- ¿Viniste acá solo a meter piñas?
Mientras los observaba, la piba notó que Nico tenía marcas de pinchazos en el brazo, y eran recientes. Estaba puesto antes de llegar. Eso explicaba la reacción violenta, además de que su hermano siempre la protegía de cualquier pajero del barrio que se le acercará y nunca había entendido que Danilo y Carlos eran solamente sus amigos. Nunca le habían gustado, eso y el estado en el que se encontraba había provocado esa pelea.
--- Andá a comprar birra.--- lo echó Jorge.
Antes de irse Nico se acercó a Danilo.
--- Como vuelva a ver una mano tuya encima de mi hermana --- hizo una pausa para sacar su navaja y apuntarle en el cuello, Danilo sintió la punta del cuchillo haciendo presión y le dieron escalofríos.--- Te rajo la garganta.
Se fue, mientras todos lo miraban por la escena que acababa de pasar. Helena lo siguió con la mirada hasta que se fue y luego fue con Danilo.
--- Yo...--- no sabía que decir--- No sabía que el vendría, lo siento muchísimo.
Danilo negó con la cabeza.
--- No es culpa tuya.
--- Igual me siento mal boludo --- examinó--- ¿Te hizo daño?
--- Estoy piola.
Danilo fue a buscar birras, le preguntó si quería, Helena asintió. Quizá el alcohol podría ayudarla a calmarse. Mientras tanto Helena subió al piso superior, que quedaba abierto y desde una barandilla se podía ver que pasaba abajo. Nunca se llegaría a imaginar que desde allá Danilo la había estado observando antes.
--- Eh, Helena, vení acá.--- la llamó alguien.
Se giró, era Jorge. Estaba sentado en un sillón con varias personas, parecía que solamente estaban hablando. Algo la llevó a aceptar, fue allá y se sentó delante de ellos.
--- Hacia tiempo que no te veía. --- comentó Jorge, mientras la chica de su lado parecía querer acaparar su atención. Le tocaba para que la mirase pero no le hacía caso, Helena le interesaba más en ese momento.
--- Ya no paso tiempo en casa...--- explicó--- Laburo.
Dió una calada a su cigarrillo y luego se lo pasó.
--- ¿Porqué lo hacés?
Ella aceptó el cigarrillo, no solía fumar, pero nunca decía que no a uno.
--- Quiero irme de acá.
Jorge asintió, los motivos de Helena eran obvios.
--- ¿Sabés una cosa? --- se acercó a ella--- Si te vas te extrañaré... Desde pequeña me pareciste re linda. --- le colocó un mechón de cabello detrás de la oreja.
Lena miró hacia otro lado, algo incómoda por tenerlo tan cerca. Jorge siempre le tiraba la onda, pero Nico siempre había estado allá para defenderla. Ahora no.
---Miráme wacha.--- le alzó el mentón y susurró--- Si fuera por mí te comería toda.
Entonces llegó Kiru, con un paquete entre las manos. Helena suspiró, se había salvado. Se acercó a Jorge y se lo dió.
--- Perdonáme por llegar ahora.---se disculpó mientras el paquete.
A Helena le dió un vuelco el corazón al ver lo que tenía entre las manos.
Una pistola.
Notó que las manos le comenzaban a temblar mientras veía a Jorge mirándola y a los demás haciendo comentarios sobre eso.
--- Con esa podés matar a 3 en un segundo.--- dijo la chica de al lado mientras se acercaba sensualmente a él.
Dejó de oír la conversación, se le empañaba la visión y un sudor frío le caía por la espalda. Los recuerdos volvían a ella.
Click.
En ese momento Jorge disparó al aire para probarla. El sonido del disparo resonó en la cabeza de Helena una y otra vez, no aguantaba más en ese lugar.
---Yo... M-me tengo que ir ya.--- anució y todos se la quedaron mirando mientras huía escaleras abajo.
Se hizo paso entre la gente, sin que le importarán los insultos o los empujones que recibía. Necesitaba irse, se ahogaba. Unas motas negras le empañaron en la visión y las sienes le empezaron a palpitar. Se metió en un cuarto en el que no había nadie y cerró la puerta.
Le empezaba a costar respirar, se sentó en el suelo con la cabeza apoyada en la pared e intentó calmarse.
--- Helena... --- se decía así misma.--- No pasa n-nada... Vos podés con esto... Pasó mucho tiempo ya..
Agarró con las manos temblorosas un calmante de su bolsa y se lo tragó desesperada. Pero parecía que tampoco le funcionaba, seguía temblando y se dió cuenta de que no sabía en que momento había comenzado a llorar. Las lágrimas le resbalaban por las mejillas sin que ella pudiera hacer nada para controlarlo.
El crujido de la puerta la puso en alerta. Se levantó como pudo para enfrentar a quien fuera que quería abrir la puerta.
--- ¿Helena?--- la llamó una voz que conocía demasiado bien.
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