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¿Donde quedaron tus promesas?

Desde la amenaza Helena no había podido dormir

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Desde la amenaza Helena no había podido dormir. Si hermano apenas aparecía en casa y si lo hacía intentaba no cruzarse con ella, quizá por vergüenza o miedo a que contara lo que había hecho. Lena sabía perfectamente que ella era la única que podía proteger
a Gabi, su hermano pequeño que también estaba bajo amenaza.

Comenzó a acompañarlo a su primaria cada día por miedo a que lo estuvieran esperando, así que comenzó a levantarse aun más temprano, como consecuencia de esto faltaba más a clase y dormía muy poco. Danilo y Carlos empezaron a notar algo raro en ella, le estuvieron preguntando por mucho tiempo que pasaba pero les daba la sensación de que no decía la verdad.

--- ¿Que te pasa últimamente boluda? Apenas venís a la escuela y se nota que no dormís.

Ella evitó el tema lo mejor que pudo.

--- No es nada, falta plata, lo de siempre.

Pero no la creyeron, un día mientras volvían a casa Helena se desmayó del cansancio y de apenas comer. Carlos y Danilo corrieron a agarrarla antes de que cayera al suelo.

--- ¡Helena despertá!---la llamaba el uruguayo.

El otro suspiró.

--- ¡Pelotudo está desmayada no dormida! Porque le digás que se despierte no lo hará.

---- ¿Tenés alguna idea mejor?--- contestó algo enojado.

La sentaron en un banco y poco a poco fue recuperando la consciencia, cuando estuvo bien le volvieron a preguntar pero está vez Lena dijo la verdad.

--- Amenazaron a mi familia a muerte.

Cuando lo soltó de repente se relajó, decirlo en voz alta por fin era un alivio.

--- ¿Porque?---preguntó Tévez.

A Danilo ya le hervía la sangre, la sola idea de que le hicieran daño a Helena le volvía loco. Apretó los puños.

--- Mi hermano debe dinero.

"Así que por culpa de ese tarado te lastimarán a vos..."

Pensó Danilo intentando contenerse para no ir a buscar a Nico y agarrarse a pinas con el en ese momento. Aunque el hermano de Lena se lo merecía por lo que había hecho.

--- ¿Tiene para devolverlo?--- habló Sánchez aunque ya sabía la respuesta.

Negó con la cabeza lentamente.

Danilo y Carlos se miraron, ninguno de los dos quería perderla.

Cuando las primeras lágrimas se empezaron a asomar por los ojos de la morocha, Danilo instantáneamente la abrazó y ella lo dejó. Ningúno de los dos la solía ver llorando, Helena nunca lloraba, por lo menos delante de ellas. Si es que no estaba teniendo un ataque por su fobia a las armas, claro.

Solamente Vos - Danilo Sánchez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora