"Después de un tiempo aprenderás que el sol te quema si te expones demasiado. Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma... Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepientas el resto de tu vida".
-William Shakespeare
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Tuvieron una tarde magnífica, claro, después de limpiar todo el desastre que hicieron en esa pequeña guerra de harina. Terminaron cocinando pescado simple con papas fritas y bebiendo el vino rosado de Freddie, jugo de moras para Kash. Jugaron algunas partidas de Mario Kart, donde Kash ganó dolorosamente muy por encima de los chicos y terminó llorando de risa por sus pésimas actuaciones indignadas parecidas a las de un niño haciendo berrinches porque no le compraron su Hot Wheel. Brian demostró sus habilidades con la baraja española y Freddie se maravilló por ello, siempre le había gustado jugar a las cartas con él, aunque al final siempre acababa perdiendo ante el "Señor de las Reinas", como lo había apodado por su suerte para ganar con reinas en casi todas las partidas. Tim lo llamó y esta vez respondió con un alegre "¡Dime qué hacer!" Estaba increíblemente feliz esa tarde, había tenido muchas tardes así antes, pero Brian y él no eran más que amigos en ese tiempo, algo se sentía diferente, era como si se hubieran unido aún más. Su rostro no era más que sonrisas. Todo era perfecto.
Después cayó la noche y fue tiempo de marcharse.
Se encontró despidiéndose de Brian con un toque de tristeza, pues se lo había pasado genial y su hermanita también a juzgar por sus grandes ojos brillantes
Se encontraron despidiéndose de Brian con un ligero dolor en el corazón, la abrumadora realidad de su vida los alcanzó cuando el tiempo de risas y familia se terminó, era momento de volver a la maldita rutina. La pequeña envolvió a Brian en un abrazo con toda la fuerza que puede tener un niño de diez años, transmitiéndole un amor que solo se podía comparar con el que sentía por su hermano, la única persona que tenía en el mundo. El rizado sintió algo diferente en ese abrazo, una desesperación que nunca había sentido en Kash; era como si estuviera aferrándose a algo en él. No supo que decir, tan solo correspondió el agarre lo mejor que pudo y trató de hacerle saber a la niña que él también la amaba demasiado.
Cuando se soltó del agarre de Kash supo que tenía que despedirse de Freddie también, cosa para la que no estaba preparado, sobre todo después de conocer cuál sería su próximo destino. Miró a su chico con tristeza mientras él le daba una sonrisa de "Todo estará bien"; aunque era una jodida mentira, nada estaría bien.
—Freddie, por favor no vayas —suplicó con los ojos acuosos.
El azabache lo miró conmovido, con un rastro de lamento en sus ojos de café y acunó su rostro entre sus manos.
—Brian, tengo que ir y lo sabes. No es mi deseo lo que manda aquí, sino ella —volteó a ver a su hermana —. Es por su escuela, su diversión, sus deseos de vivir en un buen lugar alumbrado para no sentirse encerrada en un baúl viejo. Solo es por ella Brian, es lo que he aprendido a hacer para sacarla adelante.
—No, eso no es cierto. Tú podrías tener un buen trabajo, eres jodidamente inteligente y lo sabes; podrías estar en un centro comercial o hasta en una jodida cafetería, ¿qué sé yo? —despotricó con impotencia, tomando por sorpresa a Freddie al ser un cambio de humor tan repentino.
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Camaleón [Maycury]
Fanfic"¿¡Por que sigues escondiéndote si ahora sé tu secreto!?" "¡Toda mi vida he tenido que ser un camaleón para sobrevivir! El camuflaje se convirtió en mi forma de subsistencia, y ¿sabes cuál fue el peor error que pudiste cometer? Haberte enamorado de...