Una brisa fresca agitaba las hojas de los árboles mientras Colin y Hazel paseaban por los jardines de la residencia Bridgerton. El día parecía radiante, pero en el interior de Hazel, una tormenta se estaba gestando.
Cuando regresaron a la casa, Hazel recibió una carta con el sello distintivo de Lady Whistledown. Con manos temblorosas, abrió la carta y comenzó a leer las palabras venenosas que la cronista había escrito sobre ella. Cada frase era como una daga en su corazón, revelando detalles de su pasado que prefería mantener ocultos.
La ira ardía dentro de Hazel mientras leía cada línea. Sintió la mirada de los demás sobre ella, como si estuvieran juzgándola en silencio. Sin decir una palabra, se levantó de su asiento y abandonó la habitación, dejando atrás a un atónito Colin.
Corrió escaleras arriba, con lágrimas de frustración y rabia empañando sus ojos. Se encerró en su habitación, sintiéndose atrapada por el peso de las acusaciones injustas. Cada palabra escrita por Lady Whistledown resonaba en su mente, alimentando su enojo y su sensación de impotencia.
Colin, preocupado por la partida abrupta de Hazel, subió a buscarla, pero encontró la puerta de su habitación cerrada con llave. Golpeó suavemente, llamando su nombre, pero no recibió respuesta.
Dentro de la habitación, Hazel luchaba por contener las emociones que amenazaban con desbordarse. La sensación de ser juzgada y condenada por la sociedad era abrumadora, y la carta de Lady Whistledown había sido la gota que colmó el vaso.
Después de un largo rato de silencio, Colin susurró a través de la puerta —Hazel, por favor, déjame entrar.
Hazel vaciló por un momento antes de desbloquear la puerta. Cuando Colin entró, la encontró sentada en el borde de la cama, con los ojos rojos por el llanto.
Sin decir una palabra, Colin se sentó a su lado y la abrazó con ternura. En ese momento, Hazel se dio cuenta de que no estaba sola. A pesar de los chismes y los juicios de la sociedad, Colin estaba allí para apoyarla, y eso era lo único que realmente importaba.
Juntos, enfrentarían los desafíos que se interponían en su camino, con la esperanza de encontrar la paz y la felicidad que tanto anhelaban.
Colin permaneció a su lado en silencio, ofreciendo su apoyo sin juzgar. La presencia reconfortante de Colin calmó el torbellino de emociones en el corazón de Hazel.
Después de un momento, Hazel levantó la mirada hacia Colin, sus ojos aún húmedos por las lágrimas. —Lo siento, Colin. No deberías estar aquí pasando por esto conmigo.
Colin le sonrió con ternura. —Hazel, aunque estes pasando por todo eso quiero que sepas que tienes un amigo con el que te puedes desahogar.
Hazel se aferró a las palabras de Colin, encontrando consuelo en su amor y apoyo incondicional. Aunque los chismes y los juicios de la sociedad todavía pesaban sobre ella, la presencia de Colin le recordaba que no estaba sola en esta batalla.
Decididos a enfrentar el escándalo juntos, Colin y Hazel se abrazaron con fuerza, prometiéndose el uno al otro superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
Mientras tanto, en las salas de la alta sociedad londinense, los murmullos sobre el escándalo de Hazel Clark continuaban. Sin embargo, en la intimidad de su habitación, Hazel encontró el coraje para enfrentar los desafíos que se avecinaban, sabiendo que tenía a Colin a su lado para guiarla a través de la tormenta.
Juntos, se prepararon para lo que el destino les deparaba, con la esperanza de que su amor prevaleciera sobre todas las adversidades.
El silencio se prolongó por un momento más, pero Colin sabía que necesitaban hablar sobre lo que acababa de suceder.
—Hazel, entiendo que esto debe ser difícil para ti. Pero quiero que sepas que no importa lo que diga la sociedad, mi opinión sobre ti no cambiará.Hazel miró a Colin con gratitud en sus ojos. —Gracias, Colin. Tus palabras significan mucho para mí. Pero no puedo evitar sentirme abrumada por todo esto.
Colin tomó las manos de Hazel entre las suyas. —Te entiendo. Pero recuerda que no estás sola.
Hazel asintió, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. —Gracias, Colin.
Con una sonrisa reconfortante, Colin la abrazó nuevamente. —Siempre estaré aquí para ti, Hazel. Juntos podemos superar cualquier cosa.
Mientras se abrazaban, un sentimiento de determinación se apoderó de ellos. A pesar de los desafíos que se avecinaban, estaban decididos a enfrentarlos juntos, con amor y valentía.
De repente, una voz alegre interrumpió su conversación. —¡Colin, Hazel! ¡Qué alegría verlos aquí!
Ambos se volvieron para ver a Eloise Bridgerton acercándose con una sonrisa brillante en el rostro. Colin la miró con sorpresa, y luego se dirigió a Hazel. —Hazel, permíteme presentarte a mi hermana, Eloise Bridgerton. Eloise, esta es Hazel Clark, una recién llegada a nuestra sociedad.
Hazel extendió la mano con una sonrisa amable. —Encantada de conocerte, Eloise. Es un placer.
Eloise estrechó la mano de Hazel con entusiasmo. —El placer es mío, Hazel. He oído mucho sobre ti y tu llegada ha causado un gran revuelo en la ciudad.
Hazel asintió, agradecida por la cálida bienvenida de Eloise. —Sí, parece que mi llegada ha generado cierto interés en la sociedad londinense.
Eloise asintió con complicidad. —Bueno, no te preocupes por eso. La alta sociedad puede ser un lugar difícil de navegar, pero con amigos como nosotros, estoy segura de que te adaptarás rápidamente.
Hazel sonrió, sintiéndose reconfortada por las palabras de Eloise. A medida que conversaban, Hazel se dio cuenta de que Eloise era una persona encantadora y accesible, y comenzó a sentirse más cómoda en su presencia.
A medida que pasaban más tiempo juntas, Hazel y Eloise desarrollaron una amistad sincera, compartiendo risas, confidencias y momentos de complicidad. A través de la amistad de Eloise, Hazel encontró un refugio en medio de la tormenta de chismes y juicios que la rodeaban.
Juntas, enfrentarían los desafíos que la sociedad les presentaba, con la certeza de que su amistad era un verdadero tesoro en medio de la agitación de la alta sociedad londinense.
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The Bridgerton; Colin Bridgerton
RomanceEn la vibrante alta sociedad londinense del siglo XIX, la llegada de Hazel Clark, una joven de ojos verdes y cabello rubio procedente de París, causa un gran revuelo. Su elegancia y misterioso pasado despiertan la curiosidad de todos, incluyendo a L...