Me gustas, tal vez un poco...
Quizá mucho.
Y digo creo como una sutil excusa para así tratar de disimular, aunque sea un poco cada cosa que generas en mí.
Para intentar callar a mi mente que no para de hablar 1001 unas maravillas respecto a ti.
Sinceramente, comienzo a creer que ella cayó primero por ti, se enamoró de ti sin tomarse el tiempo de avisarle al resto de mí;
Aunque no la juzgo, ahora comprendo por qué se dio así.
Se siente tan desafiada, eclipsada, por otra forma de decir, se siente atrapada en ti.
En lo que eres y lo siempre podrías ser.
Eres como las estrellas, bella y vivaz.
Tan llena de luz que mi corazón iluminas.
Quizá algo así diría Van Gogh, sin embargo, yo no soy él.
Aunque de igual forma, no discrepo en nada ante lo que se ve, porque en ti yo llego a ver yo que él supo pintar más de una vez.
Te quiero, quizá no de una forma tan lenta, pero sí de una forma muy sana.
Enamorándome diario de tu mirada,
De tu risa... tan misteriosa eres que siempre hay algo que preguntar.
¿Qué hay detrás de ellas?
¿Qué piensas cuando me miras así? Con un destello particular en tu mirada y una tierna sonrisa.
¿Qué sientes cuando tomas mi mano? Cuando por un segundo tus frías manos y mi calidez se encuentran.
Cuando llega un equilibrio a aquel lugar, aquel que solo contigo siento que quiero llegar.
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Las palabras que a falta de valor, ahora las llevo en la piel.
PoesieEsto es más un desahogo de todo aquello que sentí, lloré y quise gritar, pero por alguna razón las palabras nunca salían, se quedaban en mí, en un nudo en la garganta que me sofocaba y me obligaba a callar. He aquí cada cicatriz.