Es difícil recordar lo frágil que es la vida cuando estás tratando de vivirla.
Uno se puede reír y al segundo siguiente llorar.
Reír mientras lloramos.
Llorar mientras nos reímos.
Puedes caminar con amigos, pero de repente dejar un agujero que nadie puede rellenar.La vida se puede pensar como la hoja de un árbol casi completa,
a la merced del viento.
a la merced de no saber qué hacer o cómo volver.¿Cómo se vive una vida plena cuando la misma es tan finita?
Tan corta... jamás alcanza el tiempo para disfrutarla.Tratamos demasiado de tener una vida, y en ese intento no vemos cómo se nos escapa.
Amamos el tiempo y de igual forma no hacemos nada cuando pasea campante en nuestra cara.
Perdemos segundos, minutos y horas en banales cosas.Entre esas horas que creímos no extrañar, al final sí las vamos a desear.
¿Cómo sé si amé lo suficiente?
Si exploré el mundo lo suficiente.¿Sentí lo suficiente?
¿Cuánto puede sentir una persona si la vida no alcanza para descubrirlo?
¿Cuánta vida perdemos pensando en lo que pudo haber sido?¿Cuánta vida nos quedaría si dejamos de pensar tanto en cada respuesta?
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Las palabras que a falta de valor, ahora las llevo en la piel.
PoesíaEsto es más un desahogo de todo aquello que sentí, lloré y quise gritar, pero por alguna razón las palabras nunca salían, se quedaban en mí, en un nudo en la garganta que me sofocaba y me obligaba a callar. He aquí cada cicatriz.