En medio de la carretera la presencia de un vehículo circulaba bajo la tenue luz de la luna, este al igual iluminaba con sus luces la carretera a una velocidad impropia mente lenta para su conductor, quien acostumbraba a manejar a altas velocidades y le encantaba poner a prueba la suspensión, el sistema de dirección, embragues, frenos, motor, hasta sus ruedas y demás del trasporte que manejara todo para su deleite. Aunque se podía entender de alguna forma el motivo de esa conducción de anciano y no era para menos ya que el Comisario de la ciudad de los Santos, se encontraba con plena nubosidad de pensamientos, ya que hasta hace unos pocos días, su vida se había complicado por cierta persona que le rondaba la cabeza, y le hacia un bullicio los pensamientos.
Quizá la mayor culpa de eso era suya, ya que desde aquel incidente de joyería, le llevo a darse cuenta de que apreciaba a cierto oficial a los escasos minutos de perderlo. Su cabeza comenzaba a ser una bomba de relojería, que le hacia su vida más difícil el control de sus emociones, de sus pensamientos y sus actitudes. Sabia que había sido un asco de persona durante aquellos días; comenzando desde regañar a los oficiales que solo multaron a los atracantes de la joyería solo con la multa de robo y no con una multa de intento de asesinato a un funcionario publico para que se refundieran en la cárcel y en deudas, al igual el grito a los alumnados por su nulo interés a leer el manual con los códigos, sin agregar que trato a los civiles con desdén por ser tan ingratos con la maya policial, solamente exigiéndoles. Sus días de malhumor lo llevaron a recibir el regaño de Conway al ver la actitud que estaba teniendo y no por que nadie le haya acusado, que vaya si que merecía que le mencionaran que tan déspota estaba siendo con todos.
Y ahí estaba terminando su día llegado a su destino, estaciono la patrulla en el parking y apago el motor. El suspiro salió de sus labios por lo agotador que había resultado pero al fínal su día estaba terminando, el solo saber que estaba a pocos minutos de tener calma y un poco de tranquilidad, marco su 10-10 y sus oficiales le desearon con un buenas noches Comisario, salió de la patrulla y frente a el se alzaba el hospital, aseguro el vehículo y camino hacia la entrada del edificio publico. Los médicos, ni el personal de salud le cuestionaron información de su próxima dirección, por qué ya lo sabían y habían enfrentados su humor de mierda. Solo 4 Dias habían pasado del ingreso de su compañero.
Freddy se dirigió como de costumbre a la habitación de Isidoro, su cansancio era evidente, pero con cada paso que el mayor daba a su objetivo, parecía un peso menos que cargar, disipándose, tomo el elevador y marco el piso que en de segundos después lo dejaba en el marcado. Una pequeña mueca parecida a una sonrisa apareció en su rostro, se dirigió a la habitación por sus pasillos, llegando ante la puerta del menor, tomo el picaporte y las risas dentro de la habitación le resonaron en sus tímpanos, se extraño pero se relajo al reconocer una de esas risas y sonrió.
- ¿Que te causa tanta risa, cariño?- Abrió la puerta con la sonrisa marcada en su rostro, siendo desalojada por una expresión de disgusto y extrañeza ante lo primero que veía.
En la camilla del hospital su esposo empiernado y siendo abrazando por otro hombre, recibiendo cariños en su cabeza, con una sonrisa. Todos en esa habitación a excepción del gallego rieron ante la escena que brindaban.
- Noooooo, nos han atrapado- Grito con humor el hombre que abrazaba a su marido.
- Todo tiene explicación, mi amor - comento con una falsa preocupación el del corazón en la cabeza siguiendo la broma.Y las risas nuevamente comenzaron, ahí parado en el umbral de la puerta se dio cuenta de las personas que estaban acompañándoles: Gustabo, Castro, Noah, Gordon, Conway, Kylie, Lexi, Leonardo, Tracy, Lily incluso Moussa y Molotov estaban en la habitación. Sin embargo la presencia de solo 2 de ellos le hizo que su enojo emergiera como espuma de champan, ante sus ojos Filadelfia Casanova se encontraba abrazando y dandole mimos a su esposo, cosa que le molestaba de sobremanera y no porque fuera nuevo para el; que su Isidoro y Fil tenían una amistad muy estrecha y un poco "romántica" por bautizarlo con una adjetivo, pero de igual manera la escena no le gustaba en absoluto, y agregándole que el enojo había sido alimentado como bosque quemándose al intentar apagarlo con gasolina solo al ver a Julyana con su sonrisa realmente marcada y cínicamente en la cara, para el y sin contar su mano que tomaba el hombro de su Isidoro.
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Est-ce la bonne vie?
Romance¿Puedes confiar en la persona que dejaste entrar a tu vida? ¿Puedes confiar si él es el único honesto? ¿Puedes creer en lo que te dice, cuando todos tienen secretos y el vive en medio de toda la pantomima? Esta historia está relatada desde la persp...