Capítulo 27 ~[Final]~

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Un final feliz.

Inuyasha abrió lo ojos lentamente... el sol alumbraba sutilmente en la habitación... suspiro y se estiro felizmente en la cama... el suave aroma de Kagome estaba en todo el lugar... se giro y la vio ahí... dormida... con su suave y tranquilo respirar... sonrió enternecido y paso su mano suavemente por su rostro apartando unos mechones rebeldes de su rostro observándola tranquila y relajada como la veía en las ultimas noches por el cansancio... aunque no el casación que precisamente el quisiera... suspiro de nuevo tranquilo y se sentó en la cama tratando de ver que tan claro estaba el día para saber si los cachorros ya estaban por despertarse para ir a verles... aparto suavemente la frazada de seda que sus padres le habían dejado en la maravillosa casa oculta que le dejaron como regalo y que les había servido como hogar desde hacia cinco años...

Se levanto despacio y busco una Yukata azul oscura que había dejado cerca la noche anterior... tomo un obi blanco termino de vestirse... su haori rojo solo se lo ponía de vez en cuando ya que la vida que llevaba con Kagome ahora era realmente tranquila... no habían muchos Youkai malvados ya... y de vez en cuando iban a visitar al aldea de Kaede... se decía nuevamente en los rumores que la Shikon No Tama había desaparecido y que era inútil buscarle... para todos era lo mejor... que se volviera una simple leyenda de algo que un día existió y que ya no lo hacia mas...

Cerró lo más que pudo las cortinas rojas como la mayoría de cosas en su habitación... y camino hacia afuera abriendo la puerta despacio para cerrarla con el mismo cuidado dejando a Kagome durmiendo tranquilamente... esta vez el se había despertado primero... así que era su turno para hacer las cosas de la casa mas inmediatas... camino despacio hacia el cuarto de Kenta... avanzando tranquilamente con los pies descalzos sobre el pulido piso de madera hasta la puerta de su hijo mayor... pero al abrir la puerta encontró el cuarto vacio... no el pareció algo muy extraño... tal vez estaba afuera jugando o abajo buscando algo para comer... todo eso era posible... sonrió al pensar en el niño de ojos dorados como los suyos y cabello negro hasta sus caderas... muy parecido a el cuando era un niño... con sus orejas sirviéndole para escuchar cualquier cosa que le impedían ellos por ser de adultos o cosas sobre las batallas del pasado que el le narraba a el y a sus otros cachorros a la hora de dormir... ellos y Kagome eran su vida... todo lo que siempre había deseado... su felicidad...

Fue al cuarto de sus gemelos... la pequeña Izayoi y el pequeño Takeshi... Kagome le había pedido que llamaran a su pequeña en honor a su madre... y a el no le molestaba... y así su pequeña de cinco años junto con Takeshi vivían juntos y tranquilos... ellos eran diferentes de Kenta... su cabello era blanco como el suyo así también como sus orejas pero sus ojos eran café claro... pero profundo como los de Kagome... con una bonita y rehabilitadora sonrisa en sus rostros... su familia era hermosa no solo porque sus hijos se parecían a el y a Kagome sino porque Kagome también era muy hermosa y todos eran felices y estaban muy unidos viviendo tranquilamente día con día... compartiendo alegrías y travesuras... era divertido cuando Kagome le regañaba a el también junto con los niños diciéndole que no parecía su padre cuando los dejaba hacer cosas mas peligrosas como subir a los arboles a ellos solos y dejándoles jugar con las mini Tetsaiga que el les había hecho de madera por supuesto que sin punta para que no fueran a tener un accidente peligroso...

Camino hasta las gradas a través del pasillo... ese pasillo... testigo de tantas cosas... cuando el y Kagome corrían asustados tras sus hijos corriendo por este en dirección a las gradas... cuando huían de ellos porque no se quería ir a dormir o a bañar... todos acontecimientos muy divertidos que hicieron que una sonrisa se formara en el rostro del Hanyou... esas gradas que en mas de una ocasión habían estado llenas de pétalos de rosas junto con velas en las orillas para los aniversarios de ellos en que dejaban a sus cachorros con Myoga "acampando" fuera de la casa para que el y Kagome pudieran estar tranquilos...

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