Comenzó una extraña forma de cortejo después del matrimonio y nacimiento de su primer hijo, cada mañana la recibía con flores al pie de su habitación; tomaban el té cada mañana en el inmenso jardín, desayunaban con Amanda, la llevaba al pueblo todo el tiempo.
Eloise lo acompañaba a inspeccionar sus tareas, después los experimentos en el invernadero y las tardes debajo de aquel árbol que se volvió testigo del vínculo que se creaba entre ellos dos.
Ambos se preocupaban por Oliver y Phillip se había vuelto más cercano, pendiente de sus horas de comida o sobre levantarse a la mitad de la noche para que dejara de llorar.
A veces Eloise lo descubría hablándole a Oliver sobre sus planes a futuro.
No habían vuelto a saborear sus labios, pero ella lo observaba con frecuencia, recordaba las sensaciones que le había hecho sentir, su petición para besarla y como un beso había bastado para que ella quisiera más. Conocerlo más, tocarlo y volverlo a sentir dentro de ella. Pero no sus manos, no sus dedos; lo quería a él.
Fantaseaba con él, encima de ella, dentro de ella. El deseo la mataba, sin embargo, había algo que les impedía tal clase de acercamiento y ninguno podía explicarlo.
Hasta aquella noche.
Cuando Oliver cumplía cuatro meses y seis días de nacido; comenzó con estornudos y después el llanto, algo que duró todo el día y Eloise comenzó a preocuparse.
—Tiene fiebre —le dijo ella, preocupada.
—¿Qué te ha dicho el médico? —preguntó Phillip, que recién llegaba del campo.
—Que no es nada, pero lleva así todo el día.
—¿Por qué no me dijiste?
—Estabas trabajando, no quería...
—Eloise...
Fue hasta su estudio, lugar que también ocupaba como laboratorio, donde guardaba algunas plantas y flores con el único fin de estudiarlas. Phillip entró e inspeccionó el lugar completo, tomando algunos artículos y llevándose consigo algunas plantas y flores.
Cuando regresó a la habitación de Oliver, Eloise lo miraba con mucha atención.
—¿Qué estás haciendo?
—Haremos algo para quitarle la fiebre a Oliver.
—¿Seguro que funcionará?
—Confía, Eloise.
Lograron que Oliver bebiera un poco de lo realizado por Phillip, se sentaron en el gran sofá que había en los aposentos del niño, a esperar que hiciera efecto.
Eloise estaba cansada, cerró los ojos y se recostó en el sofá.
—¿Cómo te ha ido? —preguntó Eloise con los ojos cerrados.
Phillip la miró, alzó ambas cejas.
—¿Qué?
—¿Cómo te ha ido?
Phillip sonrió con ligereza, ella quería comenzar una conversación trivial.
—Los sembradíos son asombrosos, si sigue lloviendo, la cosecha será excelente.
—Excelente...
—Imagino que tu día no fue tan bueno —dijo él, imaginando a Eloise pendiente del bebé todo el día—, Oliver parece estar muy enfermo.
—Me preocupa.
—Estará bien.
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ESE LUGAR TUYO || PHILLIP & ELOISE || PHILOISEWEEK2024 || BRIDGERTON
Fanfiction¿A dónde se va cuando no se tiene opción? Un fic que será publicado durante la Philoise Week 2024.