4. El atajo.

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El chocolate era demasiado amargo, hizo una mueca.

—No te gustó —afirmó Francesca cuando vio su rostro.

—Las náuseas —respondió Eloise.

Dejando el chocolate en la mesa, un lacayo entró, hizo una reverencia y se acercó a Eloise, entregándole un sobre.

—Para usted, milady.

Se fue tan pronto entregó el sobre y Eloise leyó, se trataba de una carta escrita por Amanda, la madre de Phillip. Hacía mucho que no sabía nada de ellos, de nadie. La última vez, fue cuando su hermano Anthony le informó que Phillip había rechazado firmar la anulación del matrimonio, eso había sido hacía más de dos meses.

—¿De quién es? —preguntó Francesca al ver la expresión preocupada de su hermana.

Eloise no respondió, solo la miró al mismo tiempo que abría el sobre y leía. Francesca miró como su hermana leía con atención, cómo sus ojos pasaban de una línea a otra, se mordía el labio, como siempre hacía cuando estaba nerviosa.

Cuando terminó de leer, dobló el papel.

—¿Qué ocurre, Eloise?

—Thomas Crane —musitó con voz temblorosa—. Murió.

—¿El padre de Phillip?

Eloise asintió.

Francesca cubrió su boca, salió en busca de su madre.

Thomas Crane en realidad jamás fue un buen hombre, era violento con su esposa, duro con sus hijos, incluso con ella en los pocos meses que vivió con la familia Crane, y ahora se había ido, dejando a Phillip como el responsable de todo.

Una punzada de dolor llegó a sus costillas, el bebé comenzó a moverse. Sabía que su madre estaba pasándola mal. Violet llegó deprisa y abrazó a Eloise, no era dolor lo que sentía, jamás llegó a tenerle algún tipo de afecto al hombre, pero su pecho se oprimía de imaginar todo lo que estaba a punto de ocurrir.






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Hace dos meses.



Esa noche perdió, después de tres asaltos no pudo más y un golpe en el hígado lo dejó incapacitado, en el suelo y con una ceja abierta de dónde salía sangre y le coloreaba el rostro de rojo. Sintió los brazos de Boggs sujetarlo con fuerza, lo giró, pudo ver el estado en el que se encontraba, le dio dos palmaditas en el rostro obligándolo a reaccionar.

—Phillip —le llamaba con insistencia y algo de miedo—, Phillip, mírame.

Con dificultad, movió los ojos y lo miró, asintió porque sabía que Boggs necesitaba saber que estaba bien.

—Por Dios, muchacho.

No sabía cómo había llegado a los vestidores, pero ahí estaba, sentado mientras Boggs suturaba la herida de su ceja cuando un hombre entró. Phillip pudo reconocerlo, uno de los campesinos de la propiedad Crane. Le pidió a Boggs que se estuviera y lo miró:

—Horace, ¿qué haces aquí?

—Milord —dijo, quitándose el sombrero—, su madre, Lady Crane me ha enviado.

Boggs miró a Phillip.

—¿Qué sucede? —preguntó Phillip al hombre.

—Su padre tuvo un accidente esta mañana, cayó del caballo. Se encuentra en mal estado.

ESE LUGAR TUYO || PHILLIP & ELOISE || PHILOISEWEEK2024 || BRIDGERTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora