Un lobo en el bosque [Caitlyn x Vi] - AU-

Capítulo 11: Corazón y alma

En cuanto las puertas se cerraron, dando por terminada la hora de llegada de los invitados, y ya que Caitlyn había cubierto su papel aquí, la adolescente rápidamente se alejó del centro de atención

Vi la siguió de inmediato, aparentemente feliz de poder estirar las patas, a través de la cocina y hacia el patio trasero

En cuanto las patas peludas hicieron contacto con el pasto y fuera del ojo público Vi salió disparada como un resorte, su parte racional siendo empujada por la necesidad y el instinto.

Caitlyn literalmente la veía vibrar de energía mientras se revolcaba entre el pasto y las flores.

La chica no pudo evitar reírse al pensar que Vi a veces se comportaba más como un perro domestico que como el lobo "feroz y salvaje" que se supone era.

Una vez Vi se hubo cansado, acompaño a Caitlyn a sentarse en una de las muchas bancas que tenía el extenso jardín, saltando a esta y recargando su cabeza en el regazo de la otra chica.

— ¿Sabes? Serías mucho más divertida si pudiera hablar contigo — dijo Caitlyn, acariciando el lomo cobrizo

¿Era su imaginación o Vi tenía el pelo mucho más suave de lo que recordaba?

— "Ojalá pudiéramos hacerlo como cuando éramos niñas"

Caitlyn casi salta fuera de sus propios huesos cuando una voz particularmente conocida se filtró entre sus propios pensamientos, y definitivamente no fue la de su consciencia.

Miro a la loba que no se había movido un centímetro de su regazo, encontrándose rápidamente con el gris de su mirada, Caitlyn no entendía como, o porque, pero sabía que era la voz de Vi, resonando como palabras con sentido dentro de su cerebro, casi como si se lo hubiera susurrado al oído.

En cuanto la loba noto su mirada, sus ojos se abrieron de par en par

— "¿Escuchaste eso?"

Si antes era claro, ahora lo fue todavía más, Caitlyn se rio de alegría, lanzándose sobre Vi para estrecharla contra sus brazos, la loba soltó otro quejido, pero no le hizo caso.

— No puedo creerlo — dijo Caitlyn — ¡Puedes hablar! —.

— "Lo hacíamos antes, cuando éramos más pequeñas ¿Recuerdas?"

Claro que Caitlyn se acordaba, desde aquel invierno juntas ella rememoraba cada momento, tomando nota de cada acción con diligencia, tenía un diario donde había anotado todo, y cada vez que recordaba un nuevo detalle se aseguraba de describirlo.

Desde el olor de Vi, a pino y libertad, el color único de sus ojos, uno que había intentado replicar muchas veces con sus acuarelas, pero nunca era exacto el mismo tono...

El sonido de su voz, de su risa, lo suave que era su cabello, y como se sentía el pelaje de sus orejas entre los dedos.

Como desde que no estaba Caitlyn se sentía vacía en formas que no tenían sentido o explicación...

También aquellos susurros oportunos que se colaban a su mente mientras jugaban a las escondidas en el bosque o cuando se revolcaban juntas en la nieve.

Muchas de esas cosas, Caitlyn las recordaba más como un sueño. La emoción crepitante de felicidad que una vez había sentido parecía sacada de un libro más que de un recuerdo racional... Pero aquí estaba, apareciendo para iluminarlo todo.

— Llevo aburriéndome como una ostra en la fiesta durante más de 1 hora para que me hagas esto en el último segundo —.

—"No sabía si aún podíamos hacerlo, perdón"